VÍSPERAS DE MUCHO...
Si toda esa protesta social que se percibe en el país tuviera un catalizador político, el gobierno de Santos no tendría reelección, sería lo lógico. Y de lógica sería también que el gobierno siguiente fuera todo lo contrario en cuestiones económicas y políticas que devienen en protestas sociales cuando la gente en su gran mayoría se siente excluida.
Pero, ya veremos que el año entrante, si no es Santos, tampoco será una alternativa del modelo económico y político que impera en Colombia desde el famoso “revolcón” de Gaviria (1990 – 1994).
Porque, infortunadamente en Colombia, eso de que todo cambie para que todo siga igual, no es una novela sino cruda realidad.
La política en Colombia, ni siquiera es lo más parecido a una comedia sino que es la comedia en sí misma.
Tomemos como partida el gobierno del revolcón:
¿Quién era Samper, entonces? El jefe de un movimiento que llamaba Poder Popular, opuesto a la apertura económica… ¿Y qué hizo, tras suceder a Gaviria?: más apertura económica…
¿Quién era Pastrana? Un conservador, opuesto a los gobiernos liberales de Gaviria y Samper… ¿Y, que hizo, tras suceder a Samper?: más neoliberalismo…
¿Quién era Uribe? Un opositor a todos ellos (liberales y conservadores). ¿Y qué hizo, tras suceder a Pastrana?: más apertura, más neoliberalismo.
¿Quién era Santos? El ‘Buen Gobierno’. Ese si iba a ser “el chacho”, como dicen. ¿Y qué está haciendo?: más de lo mismo…
Y todos ellos son pollos de la misma camada incubados a la temperatura del gobierno que prometen cambiar.
¿Quién está en la línea presidencial, después de Santos? Parodiando al expresidente López… ¿Si no es Santos, quién?
Ese es el quid…
Toda esta protesta social que se percibe, si no se cataliza en un movimiento político de izquierda, será otra puesta en escena del Gato Pardo: Que todo cambie para que todo siga igual.
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Fin de folio: en esta revuelta social que se expresa por todas partes y en todas las actividades, no hace falta sino otro que venga a decirnos… ¿El poder para qué?