VICTOR MARENCO BOEKHOUDT

BARRANQUILLA, AL BORDE DE UNA TRAGEDIA

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En el barrio Campoalegre de Barranquilla se cocina un deslizamiento de proporciones nefastas, y ninguna autoridad parece darse por enterada.

Antecedentes

Hace más de dos años, las firmas Proinar y Aconstruir participaron en la ejecución de una obra civil destinada a contener el deslizamiento de las arcillas expansivas que ocurren en inmediaciones al barrio Campoalegre de esta capital del Atlántico. Fuentes usualmente bien informadas hablan de una inversión de más de 35 mil millones de pesos en dicha obra.
Las razones que dieron los contratistas arrojaron desde entonces muchas dudas. En lo que a mí respecta, siempre he sido del postulado que una ‘rigidización’ no era el mecanismo ingenierilmente más adecuado para solucionar el desequilibrio entrópico creado por las obras de urbanización que estaban presentes.
Hoy se aprecia que en la hilera inferior de pilotes, la que está inmediatamente adyacente a la carrera 83 (ver foto abajo), se han presentado implosiones de los mismos pilotes y fenómenos corrosivos que degradan su capacidad de sostenimiento de la estructura. En pocas palabras, la obra ha perdido su soporte y es poco probable su restauración en condiciones que pueda contrarrestar la presión del terreno.

                                   

Efectos

Las arcillas se han deslizado y al estar en una condición de apertura total, la percolación del agua dentro de las entrañas de las arcillas las torna más movedizas y deleznables.
La foto muestra a las claras que el vaciado y curado del concreto no garantizó el aislamiento químico necesario. El decrecimiento del diámetro de los pilotes atestigua que el concreto no se fraguó correctamente dando como resultado final una condición exigua de sostenimiento rígido. Se nota, adicionalmente, que estos pilotes están bajo una fuerte presión por el desplazamiento de terrenos, originando un empuje ladera abajo, lo cual ha ido provocando una desunión de los mismos con la parte inferior de la pantalla.
Con un orden estructural de estas características es muy poco probable que se entren a considerar alternativas claras de solución de una obra que no se encuentra finalizada aún, y que por tanto, no ha sido oficialmente inaugurada.
Hoy, con mayor razón, se puede inferir de este alto riesgo, que las soluciones propuestas entonces por la ingeniería de Proinar y Aconstruir no eran propicias a la contención de masas descomunales que superan volúmenes de más de dos millones de metros cúbicos.
La condición actual de inestabilidad geológica y los pésimos resultados que han dado estas alternativas de solución, nos hacen pensar en que el análisis de las mismas deben ser distintas, como también sus alternativas de solución.

Conclusiones

Una vez más insistimos en nuestros puntos de vista:
1. La ‘rigidación’ y contención ‘confrontativa’ de las presiones del terreno que se están aplicando hoy, no son las mejores alternativas para remediar estos deslizamientos     
2. La mitigación como concepto constructivo no va a lugar. Hay que remediar y solucionar de una vez por todas estas manifestaciones gravitacionales del terreno, porque con las prácticas actuales, los desplazamientos han demostrado ser inminentes.      
3. El ruido acaecido recientemente en el lugar se debe a la implosión de uno de los pilotes por causa de la presión lateral del terreno al chocar con la pantalla de la obra   
4. Existen, aunque se diga lo contrario, otras alternativas de solución que se pueden manejar dentro del contexto socio-ambiental  del área de influencia, pero de por sí,  una posición de este estilo exige una nueva revaloración del concepto a solucionar.
5. El movimiento del terreno, ladera abajo, va a continuar y se incrementará grandemente con cualquier avenida que se presente en la próxima temporada invernal, llegando a impactar las aceras y las vías adyacentes.
6. La inversión de 35 mil millones de pesos se perdió, No dio sus efectos requeridos y por tanto, esta plata perdida no podrá jamás recuperarse. Veo poco probable que se hagan efectivas las pólizas de cumplimiento y de garantías.
Creemos que ya es hora de ser sensatos y comedidos al enfrentar una serie de alternativas de evaluación del orden actual de desconocimientos de causa. Detengamos de una vez la impertinencia, el ‘caotismo opinacional’ y la miopía de causa en la concepción de obras que sí nos entreguen soluciones y tranquilidad de las mismas.