VENGA, Y VEA...
El sector más deprimido de Tocancipá, es Alto Manantial. Confluyen allí todos los problemas sociales, económicos, de movilidad, ambientales, habitacionales, educativos y de salud que puedan concebirse alrededor de una comunidad.
Y en medio del desorden, los areneros ponen sus granitos cotidianos... Alrededor de 180 viajes de arenas y recebos extraen de estos cerros, en su mayoría provenientes de explotaciones ilegales, irregulares y despiadadas.
De cuando en cuando la comunidad explota contra los areneros, por ser el punto más visible de sus problemas. Pero, en verdad, ellos apenas son un efecto de la desatención en que la administración municipal tiene esta vasta vereda que arranca desde la base del municipio, por el sector de Mariápolis y sube hasta el cerro Pan de Azúcar, casi a 3.000 metros de altura, donde los areneros más irresponsables, hacen de las suyas.
Una de sus últimas explosiones fue el lunes 17, cuando los habitantes de la parte más alta bloquearon la vía, impidiendo el tráfico de volquetas. Allí cayó la Policía procurando mantener el orden público y, al cabo de un rato, se convocó para el domingo siguiente (23), una asamblea de la Junta de Acción Comunal, a ver qué podía hacerse.
Mucho tilín…
Como en otras oportunidades, la comunidad se reunió en la escuela y allí, los más caracterizados voceros, entre otros, el popular Socio, Omar Chávez, tomaron la palabra y, por enésima vez, expusieron ante el gerente de Gobierno y el comandante de la Policía, su odisea:
- La vía está destruida.
- Las cercas por el suelo.
- Las casas en las peores condiciones, algunas, bajo alto riesgo por el constante trepidar de 180 volquetas de 20 toneladas en adelante, subiendo y bajando.
- Los estudiantes –niños y niñas- haciéndoles el quite en las vías y algunos, en ciertas oportunidades, encima de los volcos, echando el aventón.
- Los trabajadores -hombres y mujeres- por entre los pantanales en invierno o polvaredas en verano, porque no ha habido Dios posible que se establezca algún servicio público colectivo.
- “Las viajeras”, como se les dice a las volquetas que vienen de Bogotá, haciendo de las suyas; llevándose por delante, a los vehículos pequeños, las cercas vecinas, cuanto animal se atraviesa: perros, gallinas, ovejas o vacas, total, nada les importa y si alguien les dice algo, su varillazo le meten.
Conclusión
Al cabo de la última reunión de ayer domingo, el gerente de Gobierno puso a consideración de una mesa de concertación todos los problemas de la comunidad que, obviamente por ser nuevo, oyó por primera vez, pero que son de tiempo atrás.
Consultado por El Satélite, se abstuvo de anticipar alguna decisión al respecto e insistió en que cualquier solución que se adopte, será decisión concertada en la mesa de trabajo.
El comandante de la Policía también oyó a la comunidad, y en especial la queja de algún arenero que protestaba porque abajo en el pueblo los paran a la una de la tarde dizque por estar violando la restricción, cuando él salió dentro del tiempo permitido arriba en la loma.
Este sí que es otro gran problema porque a veces, los volqueteros son parados por la Policía hasta en la vereda de la Fuente, ya entrando a jurisdicción de Zipaquirá, dizque por ir violando la norma de movilidad.
El comandante, más aferrado al texto del decreto municipal que a la problemática social, se limitó a encogerse de hombres como diciendo con la clásica fórmula jurídica: dura lex, sed lex.
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Nota de la Dirección
El Satélite se propone hacer un seguimiento especial de esta problemática en sus próximas ediciones, tanto digital como física, a petición de la ciudadanía que ya se encuentra cansada de tocar todas las puertas, oyendo solo promesas que nunca se concretan en la realidad.
Vamos a ver…