UN MANDATO AL DEBE
TODOS A UNA RECLAMAN SU CUOTA-PARTE. LA FACTURA ES CON INTERESES ANTICIPADOS
(Octavio Quintero, junio de 2014)
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Los movimientos políticos y grupos de presión que acaban de elegir a Santos, incluyendo las Farc y el ELN, por supuesto, terminarán tragándoselo en este azaroso cuatrienio de paz. El mandato al debe que acaba de conquistar le deja unos voraces acreedores que, al mejor estilo del sector financiero, le están corriendo intereses anticipados.
Por ejemplo, en la costa Caribe, los políticos hacen cuentas en los medios regionales y concluyen que si no hubiera sido por el incremento del voto costeño, Santos hubiera sido derrotado por Zuluaga: así lo dicen…
En Bogotá las cuentas son las mismas. Tanto el Polo de Clara, que ya no la tiene tan clara, como los Progresistas de Petro, a quien el presidente Santos no se atrevía a nombrar en su discurso de triunfo por no darle papaya al procurador (¿tan considerado, no?) e, inclusive los verdes, afirman en público y en privado que si no hubiera sido por sus votos, Santos hubiera sido derrotado por Zuluaga: así lo dicen.
Y los liberales ¿qué será lo que quieren? Por ahí salió uno de ellos diciendo que como en la campaña de reelección solo participaron unos cuantos conservadores, cosa que no vio el Consejo Electoral para aquello de la doble militancia, entonces, lo que sigue es recortarles la cuota burocrática en el alto gobierno donde cuentan con tres ministerios y sus arandelas. Y de inmediato saltaron los trásfugas diciendo que si no hubiera sido por sus votos, Santos hubiera sido derrotado por Zuluaga: así lo dicen.
No deben quedarse atrás las cuentas de cobro de la U y Cambio Radical, y más detrás las del bloque sindical, sin contar las menudencias que se avisparon a votar por Santos aunque les tocara taparse las narices.
Lo mismo deben estar diciendo las Farc que, según la denuncia del expresidente Uribe, a la que el presidente Santos prefiere “echarle tierra”, ejercieron “amenazas de masacre e intimidación por parte de grupos terroristas”.
Queda por último mencionar lo que resulta ser de primer orden: el sector empresarial. Salió el actual presidente del Consejo Gremial, ese que se sienta mensualmente a manteles con el presidente Santos, a decir que había que darle gobernabilidad al nuevo mandato. Y ni más faltaba que así no fuera la reciprocidad con un gobierno que, pase lo que pase, lo único inamovible que se tiene en la mesa de la Habana con las Farc o de Quito con el ELN es el modelo económico.
Vamos a ver si la torta alcanza para todos, o si esto será como en esos ágapes en los que el que más saliva tenga más hojaldre traga y, entonces, la boca de los pobres, que al final de cuentas fueron los que realmente pusieron los votos de la reelección, seguirá abierta y reseca viendo a ver qué migajas caen de la mesa de los señores.