UN LOCO AL VOLANTE

UN LOCO AL VOLANTE

En increíble operativo de imprevisión policial, un concejal de Chía, de antecedentes conocido, protagonizó cinematográfica fuga en pleno centro de Bogotá que terminó, también increíblemente, en el centro de operaciones de una escuela militar que funciona al noroccidente de la capital, sobre la avenida Suba.

El conocido de marras es el concejal, Carlos Enrique Martínez, involucrado en otras oportunidades en líos con la Policía por ofensa personal y conducir en estado de embriaguez.

Nadie se explica por qué este espécimen de la irresponsabilidad política llevada a su máxima expresión está libre, cuando además, está acusado por su propio padre de robarle, en compañía de una de sus queridas amigas de farra, 500 millones de pesos que le sustrajo de la casa.

Pero más allá de lo relacionado con el caso, lo que resulta inexplicable y hasta imprudente es que un piquete de policías, a la madrugada del domingo, en puente turístico aborde, aborde en pleno centro de la ciudad un vehículo, con dos ocupantes dentro en estado de embriaguez, o drogados y dormidos, o haciéndose y lo dejen prender el carro, echar marcha atrás, y salir en fuga con los neumáticos pinchados y la policía detrás, como echando tiros al aire, como si de un episodio carnavalesco se tratara.

Afortunadamente no pasó a mayores porque tanto el loco concejal como la inexperta policía, cruzaron calles en contravía, se volaron semáforos, invadieron el exclusivo carril de Transmilenio e irrumpieron abruptamente en una sede militar, donde supuestamente hay autoridades armadas que los pudieron haber recibido a tiros en medio del pánico y la zozobra en un país y una ciudad en donde “pasa de todo sin que pase nada”.

Los hechos presentados casi en vivo por los medios visuales y  registrados instantes después por la prenda escrita, censuran no solo al irresponsable concejal de Chía sino al operativo policial.

“Cuando tienen que actuar de primera mano no lo hacen...En otras oportunidades llegan y acaban hasta  con el nido de la perra”, se anotaba en las redes sociales, repetidamente.

El escándalo

La versión de Semana.com dice:

El concejal del municipio de Chía Carlos Enrique Martínez, el mismo que en otras oportunidades ha hecho disparos al aire y ha irrespetado a la Policía, volvió a protagonizar un episodio que alteró el orden en Bogotá.

En la madrugada de este domingo el cabildante, quien se movilizaba en una camioneta burbuja, se quedó dormido en aparente estado de embriaguez en plena vía pública. Un piquete de policías que hacía controles trató de despertarlo y de identificar a las personas que iban en el vehículo.

Minutos después, cuando Martínez despertó y se vio rodeado de policías encendió el automotor y emprendió la huida con las llantas de su vehículo pinchadas. A toda velocidad recorrió varios kilómetros de la Avenida Caracas, desoyó todo tipo de advertencias y se dirigió a toda velocidad a la Escuela de Cadetes del Ejercito en la Calle 80.

Los militares que hacia las 6:00 a.m. se encontraban allí no lo podían creer. Un carro blindado entraba a sus instalaciones seguido por decenas de motos de la policía y taxistas que se unieron a la persecución. La acción fue captada por las cámaras del noticiero RCN.

El político local de Chía se bajó del vehículo, fue aprendido y llevado a una unidad de la Fiscalía donde será presentado ante un juez como responsable de varios delitos entre ellos obstrucción a la justicia.

¿Será que en esta oportunidad alguien le pondrá ‘tatequieto’ a este hombre que ha protagonizado todo tipo de escándalos? Todavía se recuerda aquel episodio del 31 de octubre del 2012, cuando Martínez, de 28 años, fue detenido por las autoridades en el occidente de Bogotá por porte ilegal de municiones para arma de fuego (dos proveedores, 13 cartuchos calibre 45 y además portaba chaleco antibalas). En el momento de su captura, según registró El Espectador, Martínez habría dicho ser informante del Ejército y que se encontraba en medio de una transacción de compra de dólares.

Otro episodio no menos escandaloso ocurrió cuando el papá del concejal, Carlos Eduardo Martínez, un coronel retirado dueño de varias propiedades en Chía, entabló una denuncia en su contra porque, al parecer, el cabildante le habría hurtado cerca de 500 millones de pesos.

En la causa judicial rotulada con el número 25175600 del 14 de febrero pasado se asegura que el concejal llegó a su casa paterna junto a una mujer identificada como María Clara Gallego. Allí, bajo engaño, ingresaron a la vivienda violentando la chapa y sustrajeron 500 millones de pesos que estaban en un clóset.

Según el documento, el dinero era el producto de la venta de una maquinaria agrícola y de un lote que serviría, según el denunciante, para el pago de los estudios en el exterior de uno de sus hijos y el pago de los gastos de campaña política.

En el documento, Martínez, quien aspiró en las elecciones pasadas a la Alcaldía de Chía, asegura que su hijo y la mujer no dejaron ni un peso en la vivienda y se habrían marchado en un vehículo Jaguar de color azul perteneciente a la familia. “Cargaron dos maletas en el carro y el celador no encontró sospecha por ser familiar. Mi nieto fue dejado por fuera de la casa. Encontré violentada la chapa del clóset donde tenía 500 millones”, declaró Martínez.

Y un hecho más puso a Martínez contra las cuerdas. En un edificio en el norte de Bogotá en la madrugada de enero del 2012, el concejal hizo tiros al aire en medio de un aparente lío de faldas como lo recuerdan los vecinos del sector.

Meses más tarde fue grabado el momento en el que insultaba a varios policías que lo conminaron a mostrar sus documentos, pues consideraron que manejaba una motocicleta en aparente estado de embriaguez en el municipio de Chía. Un video publicado por Noticias Uno dio cuenta del incidente donde el cabildante recordaba, con palabras de grueso calibre, que era líder político de la zona y que había integrado las Fuerzas Militares.

Andrés Villamizar, director de la oficina de Protección del Ministerio del Interior, se refirió a este penoso episodio y escribió en su cuenta de Twitter: “Deplorable la conducta del concejal de Chía que ingresó violentamente a la Escuela Militar. Que le caiga todo el peso de la ley”.