UN FONDO SIN FONDO

AL FONDO DE EDUCACIÓN DE TOCANCIPÁ LE FALTA O LO SOBRA ALGO

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Más de 50 jóvenes bachilleres egresados de los colegios Departamental e Industrial de Tocancipá fueron rechazados por el Fondo para la Educación Superior del municipio, al que acudieron en busca de algún subsidio de transporte para cursar estudios de Gestión Empresarial en el Sena de Chía.

Un paréntesis: Chía es el único municipio de Sabana Centro que no tiene comunicación directa con sus vecinos del oriente (Sopó, Tocancipá y Gachancipá) por lo que, para cubrir una distancia de apenas unos 15 kms., la gente tiene que pagar cuatro pasajes de ida y vuelta (unos 10.000 pesos, aproximadamente).

El Fondo educativo fue creado a mediados del 2012 por el Concejo Municipal, y se dice que a la fecha podría disponer de unos 100 millones de pesos, según el concejal, Johnny Pérez Quinche (El Chiqui) quien, en declaraciones a El Satélite, confesó tener serias dudas sobre su funcionamiento.

Las dudas del concejal liberal parecen confirmarse en la gestión del Fondo el año pasado cuando, mediante un derecho de petición interpuesto por el exconcejal de este municipio, Ricardo Prieto, se supo que de 83 jóvenes que acudieron en busca de ayuda solo 15 pasaron la barrera de obstáculos que el acuerdo del Concejo interpuso a los aspirantes como, por ejemplo, que tuvieran como mínimo 6 años continuos de residencia en Tocancipá y que el último año lo hubiesen cursado en algún colegio del municipio.

Hasta vaya y venga: lo curioso es que de esos 15 afortunados jóvenes, solo uno, la señorita Yina Paola Gómez Sánchez, es oriunda de Tocancipá.

Y no fue por falta de presupuesto que los demás, 68 jóvenes, se quedaron sin  el beneficio… El Fondo disponía, solo para el año 2013, con recursos de 12 millones de pesos de los cuales solo utilizó unos 8 millones.

¿Qué pasó con el resto que, en la suposición del concejal Pérez Quinche, puede sumar cerca de 100 millones? ¿Dónde está esa plata? ¿Engordando en algún banco, mientras jóvenes como los estudiantes de gestión empresarial en Chía, tienen que sacarse el pan de la boca para cubrirse los 10.000 pesos diarios de transporte?

No parece justo que se tenga una plata dizque para ayudar a los jóvenes bachilleres del municipio en sus estudios superiores, como es lo que se anuncia con pomposidad en su momento dado, y luego terminen esos recursos colgados de carnada como racimos de uvas que la zorra no puede alcanzar, por más que salte.

Alrededor de este Fondo se están tejiendo muchas suspicacias como, por ejemplo, que entre los pocos  beneficiados aparezcan jóvenes con apellidos asociados al presidente del Concejo, Naudi Max y a la secretaria de la Gerencia de Educación, Silva Fonseca.

¿Se necesita una buena palanca para llegar a las uvas? ¿O, quizás, en estos casos se configura alguna intermediación indebida de personas que, por sus cargos, presionan a favor de sus familiares? Y, también puede ser que son tantas las exigencias y tan difíciles de cumplir que pocos llegan a la ayuda de un Fondo educativo que, por lo visto, de educativo solo tiene el nombre.

Si es por demasiada rigidez del Fondo, mal; y si es porque hay tráfico de influencias, peor. Una y otra cosa, debiera revisarse con el fin de que esa platica no se pierda en alguna cuenta de orden bancaria, cuando hay tantos jóvenes buscando algún recurso para emprender sus estudios superiores que les permitan tener alguna mejor educación de cara enfrentar ese azaroso mundo laboral que se les viene encima.