TLC AL DESNUDO

TLC AL DESNUDO

11 billones de pesos nos ha costado el descalabro comercial

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Los “Indignados” colombianos tienen razón, tanto los que marcharon en ese tal paro que no existía en su momento para el presidente Santos, como los que cierran puertas y echan gente a la calle porque no dan la talla ante una competencia descomunal, tanto legal como de contrabando.
Son efectos que están provocando en la producción y el empleo del país los TLC que, según cuentas muy documentadas, le han costado a Colombia, desde su entrada en vigencia, 11 billones de pérdidas del superávit comercial.
La denuncia está contenida en el documento que las centrales sindicales CUT y CTC; la AFL/CIO (principal federación sindical de Estados Unidos), varios gremios económicos como Acolfa, Acopi-Bogotá, Proindustria, Asinfar y numerosas organizaciones sociales como la Escuela Nacional Sindical (ENS), Cedetrabajo y Recalca, divulgaron el lunes simultáneamente en Washington y Bogotá.
El documento hace un corte sobre el cumplimiento del Plan de Acción Laboral (PAL), firmado hace tres años por los gobiernos de Obama y Santos como requisito sine qua non para aprobar el TLC en el Congreso estadounidense.
El siguiente es el texto de dicho documento obtenido por El Satélite, gracias a la colaboración prestada por el periodista Enrique Daza, de RECALCA:
Tres años de incumplimientos
Hace tres años, el 7 de abril de 2011,  los gobiernos de Colombia y Estados Unidos suscribieron un acuerdo que denominaron “Plan de Acción Laboral”  - PAL - dirigido a superar el escollo que existía en el  Congreso de Estados Unidos para ratificar el Tratado de Libre Comercio.
Dicho acuerdo, sin las herramientas jurídicas y políticas que obligaran a su implementación efectiva y entera, tal como lo advertimos en ese entonces, fue tomado por el gobierno colombiano, más como un paso para descongelar el TLC con los Estados Unidos, que como un mecanismo institucional que promoviera una protección verdadera de los derechos laborales y sindicales de los que por tanto tiempo han carecido los trabajadores colombianos.
A tres años de la firma del PAL, y casi dos años desde la entrada en vigencia del TLC, el daño macroeconómico a Colombia ha sido profundo, al mismo tiempo que los derechos de los trabajadores colombianos siguen siendo negados por gran parte de los empresarios e ignorados por el Estado colombiano.
Con ese panorama tan desalentador para los trabajadores colombianos reiteramos nuestro rechazo al TLC y expresamos nuestra indignación por la manera engañosa con la que el gobierno vendió al PAL como mecanismo para proteger los derechos laborales en el país, sin respaldarlo con una voluntad política seria, a sabiendas que no lo ejecutaría.
Ese “Plan de Acción Laboral” comprometía al gobierno colombiano a adoptar 37 medidas concretas dirigidas a resolver problemas surgidos por la debilidad de la institucionalidad pública encargada de investigar y sancionar la existencia de casi siete millones de trabajadores sometidos a laborar sin protección social y sin que se respetaran sus derechos laborales por encontrarse en relaciones laborales ilegales; por el uso generalizado e ilegal de Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA), la ausencia de control a las Empresas de Servicios Temporales (EST), y otras formas de tercerización laboral (SAS, Fundaciones, etc.); el uso antisindical de los pactos colectivos por parte de las empresas; las masivas violaciones a la libertad sindical que no son sancionadas ni restablecidas; la ausencia de regulación legal en materia de servicios públicos esenciales; el asesinato y amenazas que reciben los dirigentes sindicales; las dificultades para el acceso a medidas de protección; y la impunidad de los miles de crímenes cometidos contra sindicalistas.
De las 37 medidas que el gobierno colombiano se comprometió a adoptar, siete no han sido implementadas aun , y de las otras 30 que se adoptaron, varias de ellas se pueden calificar como parciales e insuficientes . No puede el gobierno afirmar que ha cumplido con el “Plan de Acción Laboral” (PAL). No solo no ha adoptado todas las medidas, sino que las que ha implementado, no logran producir cambios en la realidad laboral. Muchos ejemplos se pueden mencionar para demostrar que el PAL no logra revertir los problemas que se propone enfrentar , como lo sustentamos en el documento de balance elaborado con ocasión de esta fecha y muy pocos, excepcionales e insostenibles ejemplos se pueden señalar para demostrar sus efectos positivos.
Y esto se debe principalmente a que el Gobierno Colombiano ha estado más interesado en congraciarse con el Gobierno y el Congreso de Estados Unidos, que en revertir la informalidad, la tercerización, la precariedad laboral, las prácticas antisindicales, la violencia antisindical y la impunidad de los crímenes cometidos contra sindicalistas. En estos tres años las cifras del déficit de trabajo decente no cambian, e incluso en algunos aspectos retroceden, porque el gobierno carece de voluntad para adoptar verdaderas políticas públicas laborales que transformen la dramática realidad laboral y sindical de nuestro país. Esta falta de efectos puede explicarse por los siguientes factores:
1. La aprobación del TLC por parte del Congreso de los Estados Unidos, sin que se verificara el cumplimiento del PAL, redujo de manera importante la presión hacia el Gobierno Colombiano, hecho que contribuyo de manera decisiva en convertir el PAL en una nueva frustración para los trabajadores colombianos.
2. Las propuestas presentadas por las centrales sindicales sobre políticas y medidas complementarias que harían más afectivas las acciones acordadas no fueron escuchadas, ni tenidas en cuenta. En general todas las medidas se tomaron unilateralmente por el gobierno de Colombia sin discusión y concertación.
3. Las medidas se adoptaron sin modificar los marcos legales y políticos existentes, no se formularon políticas públicas para superar la ilegalidad de las relaciones laborales, la tercerización, la violación a la libertad sindical, la protección de los sindicalistas y la superación de la impunidad, generando con ello, contradicciones y vacíos que permiten que “todo cambie para que todo siga igual”.
4. No existe compromiso y voluntad política suficiente del conjunto del Estado, en todos sus niveles, con el PAL. El Estado, reacciona por momentos a instancias de la presión que se ejerce desde el gobierno de los Estados Unidos. El Ministerio del Trabajo, entidad estatal llamada a liderar el PAL, se ve lejano, indolente, e inoperante ante las violaciones a los derechos laborales que sufren diariamente los trabajadores y sus organizaciones sindicales.
5. La mayoría de los empresarios se han resistido a la implementación de las medidas que se adoptaron, y han encontrado formas y vías para continuar generando prácticas que defraudan los derechos laborales. Todo esto es posible, por los vacíos legales, la ausencia de políticas públicas, por la pronunciada debilidad institucional del Estado y sobre todo por la desidia del gobierno.
Debido que el Gobierno Colombiano ha demostrado que nunca ha tenido un interés real en cumplir el PAL, hoy en día, a tres años de la firma de este Acuerdo, es de importancia fundamental que, primero, el Gobierno Colombiano cumpla, a cabalidad, todas las 37 medidas del PAL. Adicionalmente, como muestra de voluntad seria para poner en marcha una política amplia de protección y garantía a los derechos laborales de los trabajadores colombianos, es necesario que el Gobierno de Estados Unidos y el Gobierno Colombiano asuman tres compromisos de manera inmediata:
1. La extensión del período para el seguimiento a la implementación del PAL por cuatro años.
2. La conformación de una comisión binacional e independiente, que tendría la tarea de monitorear el cumplimiento de cada una de las 37 medidas del PAL y se conformaría con: representantes de los Congresos de ambos países, la Confederación Sindical de las Américas – CSA-, las centrales sindicales de Estados Unidos y Colombia, y representantes de organizaciones no gubernamentales que trabajan el tema de los derechos laborales y sindicales.
3. La presentación por parte del Gobierno Colombiano de un balance completo de la implementación del "Plan de Acción Laboral” y su sometimiento a discusión pública, y al análisis en la Comisión Permanente de Concertación de las Políticas Salariales y Laborales (CPCPSL).
Fueron muchas las organizaciones sindicales las que emprendieron acciones dirigidas a obtener la aplicación de las medidas que se adoptaron y en su mayoría se han encontrado desprotegidos, en la medida que jueces, fiscales e inspectores del trabajo, casi siempre se niegan a brindar la protección que el nuevo marco legal ofrece.
Finalmente, debido a los efectos tan desastrosos del TLC con Estados Unidos, tanto en términos de la caída tan abrupta de exportaciones colombianas hacía ese país, y a los impactos negativos sobre los sectores de la industria y agricultura, todos de los cuales han causado un deterioro notable en la calidad de empleo para los colombianos, consideramos que el Tratado de Libre Comercio merece una seria revisión.
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Fuente/RECALCA-Enrique Daza-Tel. 316 464 99 86