TENEMOS LA CARA SUCIA

Colombia va de cola en su proceso democrático debido al incremento de las tensiones sociales derivadas de la desigualdad de ingresos, entre otras razones, según  el informe del Índice de Desarrollo Democrático (IDD), versión 2013, que elabora la fundación Konrad Adenauer (KAS).

La organización, orientada por la ideología de la oficialista Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU), critica en general a todos los países latinoamericanos e indica que "la región no logra revertir una de sus fallas estructurales: la inequidad en la distribución de la riqueza" a tiempo que alerta sobre la persistencia de riesgos tradicionales como el aumento de la violencia por parte del crimen organizado, la debilidad de los mecanismos de control institucionalizados de la democracia y el mesianismo político como fenómeno de liderazgo.

La Fundación ejemplifica textualmente los cientos de miles de brasileños en las calles reclamando contra la corrupción y los excesos de sus dirigentes, y la insatisfacción creciente en Argentina, Chile, Colombia y otros países.

KAS admite que los países latinoamericanos han mejorado sus índices de desarrollo económico pero “lejos de constituir un bálsamo que aquiete las demandas sociales, los logros económicos incrementan tensiones derivadas de la desigualdad de ingresos".

En el ranking general, Colombia aparece en el grupo de “bajo desarrollo” democrático, junto con El Salvador, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Honduras y República Dominicana. Arriba en la cabeza lideran la tabla Uruguay, Costa Rica y Chile y cierran Paraguay, Guatemala y Venezuela.

Por categorías, el informe de la KAS destaca una mejora del promedio regional de lo que denomina la "democracia de los ciudadanos", esto es, el desempeño de las sociedades en relación con las libertades civiles y los derechos políticos.

Los mayores logros "se evidencian en la participación política de la mujer", "la incorporación de nuevos derechos y libertades" y "el crecimiento de la participación electoral".