EL ENEMIGO ESCONDIDO

El No ganó al SÍ y la abstención a los dos+FARC

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Opinión/Grupo Editorial El Satélite

Director/Octavio Quintero

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No nos digamos mentiras: lo que derrotó el plebiscito fue la abstención. Y no solo fue una derrota para los del SÍ sino también para los del NO porque, aunque haya ganado éste último por mínima diferencia, entre ambos no alcanzaron siquiera la mitad más uno del censo electoral, fórmula mínima para convalidar todo proceso democrático.

Derrotado el establecimiento –y el no establecimiento si se involucra a las Farc, como debe ser--, el camino más indicado a seguir, es reformar el proceso electoral colombiano, introduciendo el voto obligatorio, con el fin de que esa inmensa masa de ciudadanos, el 63 por ciento de 34’899.945 que vienen a ser 21’986.965 electores, tenga que ejercer su derecho a votar.

Varios corresponsales en GES (Grupo Editorial El Satélite), Édgar Victoria González más que nadie, vienen insistiendo en la necesidad de esta reforma electoral y, reiteradamente, preguntan y preguntan por qué el gobierno  nacional se echó atrás en la propuesta del voto obligatorio contenida en la desmembrada reforma sobre equilibrio de poderes…

Victoria González sostiene que, cuando el gobierno y congreso se dieron cuenta que esa gran masa de electores podría decidirse por el voto en blanco, “se chuparon”.

Si no hay voluntad política de introducir las reformas que requiere el sistema electoral, eso amerita más la presión social que debe ejercerse para que el régimen se vea obligado a convocar una constituyente, considerada por legos y versados como la puerta de escape a la peligrosa polarización que entre la paz y la guerra le han montado al país Santos/Uribe. Y esa es su gran diferencia porque, en todo lo demás, marchan par y paso.

Un gran soporte jurídico-político a la propuesta de convocar una constituyente, viene dando últimamente a través de la red social que se intercomunica con GES, el eminente jurista, Jaime Araujo Rentería, exmagistrado de la Corte Constitucional. En justicia, fue quien primero empezó a sugerir que se votara marcando en la papeleta “por una Asamblea Constituyente con derechos”, rechazando el SÍ de Santos y el NO de Uribe. Buena parte, si no toda, de esos 250.000 votos nulos que se registraron en el pasado plebiscito, debieron corresponder a la idea de Araujo Rentería.

En presencia del rumbo que va tomando el nuevo frente nacional que se nos está armando entre Uribe-Santos-Timochenko, para reformar unos acuerdos que adolecen del 1 al 270 de sus páginas de justicia y equidad social, la Asamblea Constituyente, de la que no volvieron a hablar las Farc y el gobierno menos, tiene que ser el motivo central de la sociedad civil que ya derrotó al establecimiento y al no establecimiento… Lo que sigue es tumbarlo, incluyendo, ahora más que nunca, al fementido socialismo de las Farc que, por lo visto, terminaron pareciéndose a su enemigo.

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Fin de folio.- ¿Qué los tiempos son difíciles? Para eso estamos aquí: para resolverlos.