
SÍ, DA VERGUENZA...
Da vergüenza comparar la pensión de un congresista de hasta 25 salarios mínimos, con el común de pensionados del país, cerca de millón y medio, que se promedia entre dos y tres salarios mínimos.
Esta observación se la hizo el país entero en octubre del año pasado, cuando el presidente Santos tuvo que ceder ante la presión de los congresistas y restaurarles sus pingües prestaciones exclusivas y excluyentes, a cambio de que cumplieran con su deber de legislar pronta y oportunamente.
Las redes sociales, en vísperas de las elecciones de Congreso este próximo 9 de marzo, han vuelto sobre el tema, replicando un “catálogo de vergüenzas” atribuido al rector de la EAFIT (Escuela de Administración, Finanzas y Tecnologías), Juan Luís Mejía (en la foto), quien ya negó públicamente ser el autor de la reflexión política.
No obstante, el catálogo sigue dando y dando vueltas en las redes sociales y aterrizando, como aterrizó en El Satélite, remitido por nuestra habitual colaborada, Gloria de Carrillo, quien, antes de pegar el texto dice:
“Y a mí me da vergüenza recordar que alguna vez, en tiempo atrás, voté por congresistas para reelegirlos o que formaban parte de nuestros podridos partidos políticos de siempre, o por sus delfines o familiares. Gracias a Dios esos tiempos ya pasaron”.
Parece que el texto original utiliza el término “da putería” en vez de “da vergüenza”, como lo remite nuestra corresponsal. Uno u otro término en el argot popular, refleja el mismo estado de ánimo y como no es ofensivo, injurioso o calumnioso, El Satélite lo recoge como una contribución a la reflexión electoral que en efecto necesitan hacer los colombianos, antes de seguir votando por los mismos congresistas que una vez elegidos, sus compromisos con el interés particular parecen marcar más que el interés general, su posterior derrotero legislativo.
Eh aquí el texto
Da VERGÜENZA comparar la jubilación de un congresista con la de una viuda o un jubilado.
Da VERGÜENZA que el salario mínimo de un trabajador sea menos de 566 mil pesos y el de un congresista de $18’000,000.00, pudiendo llegar con viáticos y otras prebendas a $24’500.000 mensuales.
Da VERGÜENZA que un catedrático de universidad (con un miserable contrato de ocho meses en el año) o un cirujano de la salud pública ganen menos que un concejal de tercera categoría.
Da VERGÜENZA que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca, (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura).
Da VERGÜENZA que un ciudadano tenga que trabajar 45 años (y en el futuro quién sabe cuánto) para percibir una jubilación, y a los políticos les baste sólo con dos períodos, según el caso, y que los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima sólo necesiten jurar el cargo.
Da VERGÜENZA que los congresistas sean los únicos trabajadores (?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo.
Da VERGÜENZA poner en la administración a miles de asesores (léase amigotes con sueldo) que ya desearían los técnicos más calificados.
Da VERGÜENZA el ingente dinero destinado a sostener a los partidos aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.
Da VERGÜENZA que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural).
Da VERGÜENZA el costo que representa para los ciudadanos, sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes al exterior...
Da VERGÜENZA que sus señorías tengan casi cinco meses de vacaciones al año.
Da VERGÜENZA que sus señorías cuando cesan en el cargo tengan un colchón del 180% del sueldo.
Da VERGÜENZA que ministros y otros altos cargos de la política cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
Da VERGÜENZA que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios sólo representan un costo para el bolsillo de los ciudadanos...
Da VERGÜENZA que nos oculten sus privilegios mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven. Mientras, hablan de política social y derechos sociales.
DA VERGÜENZA que la Presidenta de una ALTA CORTE vaya dizque a trabajar por un Crucero en el Caribe con otros magistrados.
¡QUE VERGÜENZA!, y qué tristeza, pensar que somos tú, yo y todos nosotros los que ELEGIMOS y siempre nos quedamos callados ante tanta ignominia.