SAMPER-SERPA: POR DIFERENTES RUTAS...

SAMPER-SERPA: POR DIFERENTES RUTAS...

La sorprendente "Clarita": ayer dividía al Polo y hoy al Partido Liberal. El coletazo político más importante de los últimos 20 años

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Octavio Quintero

(10 de agosto de 2015)

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El matrimonio político más longevo de la historia colombiana –Samper-Serpa—parece llegar a su fin, al menos en Bogotá, frente a las candidaturas por la alcaldía de Rafael Pardo (Partido Liberal) y, Clara López (Polo Democrático).
 
Se dice en fuentes muy cercanas a los dos que el expresidente Samper está apoyando la candidatura de la aspirante por el Polo, mientras que Serpa, en su condición de senador y actual director del liberalismo, tiene que apoyar la candidatura oficial del liberalismo.
 
Esto, que solo era de conocimiento más o menos reservado, quedó al descubierto el pasado 05 de agosto cuando entre los liberales asistentes a un evento político de apoyo a “Clarita”, como familiarmente se le conoce, en el mítico Salón Rojo del Hotel Tequendama, apareció en primer plano, Miguel Samper Strauss, hijo del expresidente.
 
El divorcio político que ha quedado sellado entre Samper-Serpa tiene efectos secundarios de importancia en la familia, pues, como se sabe, el hijo de Serpa, Horacio José, es concejal por el Partido Liberal de Bogotá y, también, en esa condición, está obligado a apoyar al candidato oficial de su partido, el exministro Rafael Pardo.
 
Es decir, las dos ramas políticas más importantes de los indisolubles “cónyuges” del Proceso 8.000 –inolvidable e indeseable-, marchan ahora como la letra esa del bolero… “por diferentes rutas, hemos de seguir”.
 
La carrera por el segundo cargo más importante del país deja así en ventaja a la candidata del Polo Democrático que no solo cuenta con el apoyo monolítico de su partido sino con esta alianza liberal en la que figuran prestantes y respetables figuras del Partido como el teórico económico más importante del país, Eduardo Sarmiento; Juan Manuel López Caballero, hijo del expresidente López, uno de los analistas más conspicuos de la política socioeconómica nacional e internacional y, el expresidente de la Corte Constitucional, Alfredo Beltrán, célebre por sus ponencias y fallos constitucionales dentro del llamado Estado Social de Derecho.
 
Con razón, en su discurso de agradecimiento a esta pléyade liberal que la acompaña, la candidata del Polo los llamó “liberales auténticos, a la izquierda liberal, a la izquierda que no traga entero”.
 
La sonada alianza en Bogotá tiene otras aristas políticas que nos llevan a recordar el día en que el senador Serpa, pontificando en CM& frente a “Pregunta Yamid”, dijo que la Unidad Nacional que apoya al presidente Santos se extendería a todas las candidaturas por las alcaldías y gobernaciones del país como plataforma política de pleno apoyo al proceso de paz, demonizando anticipadamente cualquier otra alianza que en las regiones pudiera darse en la particular lucha por el poder local.
 
Lo de Bogotá es un totazo, pero antes, y podría decirse desde su proclamación por Serpa, la tal alianza de unidad nacional en lo local nació reventada.
 
No podría cerrarse esta nota sin preguntar por la posición del presidente Santos frente al debate por la Alcaldía de Bogotá. Por ahí dijo que no tenía candidatos ni en Bogotá ni en ninguna otra parte. Pero todos saben que si algo distingue al presidente de los colombianos es esa particular facultad de mentir, pensando y haciendo dos cosas diferentes. En lo que respecta a la capital, tiene su corazón con Pardo, su dilecto exministro y alcalde encargado, y su deuda con Clarita que se la jugó en segunda vuelta por su reelección arrastrándole a su cauda electoral una importante votación de la corriente centro-izquierdista nacional.
 
Y el epílogo de todo esto, también está prendido a los labios de la candidata del Polo: “La  convergencia con los liberales no es pasajera… Servirá de plataforma para que en 2018 elijamos presidente de la República”. El que la cogió la cogió.