REBELDES SIN CAUSA

REBELDES SIN CAUSA

Octavio Quintero

(Director El Satélite – 27/04/16)

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Dijimos hace poco que “el Congreso da asco” a raíz del ardid que utilizaron los representantes a la Cámara en el primer intento de aprobación en plenaria del proyecto que reduce del 12 a 4 por ciento los aportes de los pensionados a salud.
 
Ocho días después lo aprobó la plenaria… ¿Nos sigue dando asco el Congreso?, sería la pregunta siguiente…
Sí, claro que sí, se puede responder con honestidad. Es que el Congreso no da asco porque apruebe o niegue un proyecto de ley… Esa es su función, llamada legislativa. Lo que da asco es la forma, no el fondo.
 
Desde los ya lejanos tiempos del presidente Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), quien se inventó los “auxilios parlamentarios” para compensarle al Congreso su castración legislativa, a hoy en que los benditos auxilios han devenido en “mermelada”, el tal “Tercer Poder” de Montesquieu, en Colombia, quedó reducido a una simple “comisión legislativa” que se mueve en una dirección u otra dependiendo de los intereses del gobierno de turno y, por supuesto, del tamaño de la mermelada…
 
Ni necesario es citar ejemplos… Son tan cotidianos y repugnantes algunos arrodillamientos que ya el público los tiene fichados… No otra cosa explica que, encuesta tras encuesta de opinión pública de una y todas las encuestadoras reconocidas, el Congreso ocupe el último lugar, salvo en el momento en que el mismo presidente Santos parece disputarle tan deshonroso lugar.
 
Junto a la negativa opinión que se tiene del poder legislativo marchan los partidos políticos, no en balde son “uña y mugre”. Si el Congreso da asco, los partidos políticos dan lástima. ¿Qué tal el berrinche del ex glorioso Partido Liberal a raíz de la remoción de algunos ministros del gabinete presidencial?
Dice una nota de El Espectador (27/04) que “los liberales se sienten maltratados por el presidente Santos (…) La molestia es tal que, ayer, cuando en la Cámara se discutía una modificación al impuesto por el consumo de licores, que es prioritaria para el Gobierno, los parlamentarios rojos se levantaron y dejaron sin quorum la plenaria. Al mismo tiempo, la dirección de la colectividad se reunía y planteaba reevaluar la “incondicionalidad con el presidente Santos”, pues, consideran que les ha pagado mal”.
Muchas reflexiones sobre este ardid se pueden tejer de aquí en adelante. Pero, en gracia de la brevedad, y en virtud a que no me aguanto la anécdota que viene bien al caso, termino así:
Una vez la mamá le hizo beber a la brava al lombriciento un vermicida, y apenas pudo hablar al tragarse la última gota, volteó y le dijo: “Ahora de verraco, no cago”.