¡QUÉ CABRÓN TAN CHÉVERE!

¡QUÉ CABRÓN TAN CHÉVERE!

El concejal de Chía, Carlos Enrique Martínez, es un verdadero peligro para la sociedad, según se desprende de sus propias declaraciones a Semana.com, en donde reconoce ser “agresivo cuando hay abuso de autoridad”.

En ese contexto, un activista de la red reflexiona diciendo… “¿Qué tal este tipo armado en el Concejo de Chía y que se le salte la piedra por cualquier circunstancia?”.

Con su sola declaración a Semana.com, Carlos Enrique, debiera estar privado de la libertad, acogiendo la última sentencia de la Corte Constitucional (C-695 del 13 de octubre), en la que se reafirma la necesidad de aseguramiento de un sospechoso cuando… “2. Que el imputado constituya un peligro para la seguridad de la sociedad o de la víctima”.

¿Por qué fue dejado en libertad?

La pregunta parece tener respuesta en la versión internacional que la BBC recogió de este pintoresco episodio en el que colige que… “para muchos, en realidad, tanto el personaje como la historia no hacen sino resumir perfectamente a Colombia, a sus políticos y a su sistema de justicia”.

"¡Qué cabrón tan colombiano el Concejal de Chía!", es otro de los comentarios que también circulan por Twitter, mencionado en la crónica de la BBC. Exclamación que, de facto, se le extiende también al piquete de policías que adelantó el operativo de película, vista por todos al amanecer del domingo 13 en Bogotá; y le cae también como anillo al dedo a la Fiscalía que no imputó cargos “por falta de pruebas”, ¡válgame Dios”!, después de verlas una y otra vez en la TV; y le casa a la Escuela Militar de Cadetes donde abruptamente irrumpió el concejal en su fuga, llevándose por delante todo lo que encontró a su paso: ese “cabrón tan colombiano!, dejó a todos metidos en una cabronada.

Twitter es ahora la moderna bitácora del Titanic: todo se sabe a través suyo, lo que no impide el hundimiento del barco. En esa bitácora, donde se disputan ahora la chiva las fuentes y los medios, el presidente Santos califica de vergonzoso el comportamiento del concejal de Chía y, para no quedarse atrás, el ministro de defensa vuelve la vista preñada de terroristas que los ve hasta en los niños forzados por la guerrilla a estar en su filas, y anuncia “una investigación por el débil esquema de seguridad de la Escuela Militar”.

Y este “honorable” que avergüenza al Presidente y aterriza al ministro de Defensa, anda libre, ufanándose de su proeza…

¡Qué cabrón tan chévere!