POR LAS BUENAS, NADA; POR LAS MALAS, TODO

POR LAS BUENAS, NADA; POR LAS MALAS, TODO

Para cuando el presidente Santos haya firmado la paz con los alzados en armas, ya habrá prendido otra guerra con los que hoy están en paz

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Octavio Quintero

Domingo 29/11/15

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Nadie podrá decir con razón que el presidente Santos no les está cumpliendo a las FARC en todo aquello que se tiene pactado, a pesar de la tenaz oposición de la extrema derecha que encarna el expresidente Uribe, tras la cual se amparan muchos agentes ilegales y de zozobra nacional.
 
Cuento aparte es el de los sectores sociales como educación, salud y trabajo.
 
En educación, desde el inicio mismo de su primer gobierno tiene tareas pendientes. Se le quedó definitivamente dentro del tintero la cacareada reforma educativa en medio de una anormalidad académica y constantes protestas y disturbios estudiantiles, con muerto a bordo y todo…
 
Sobre salud, cualquier cosa que se diga en contra del modelo se queda corta ante los maltratos a que son sometidos diariamente los pacientes a las puertas de centros de salud, clínicas y hospitales. Y ni se hable del drama que viven otros muchos colombianos que ni siquiera clasifican a la rigurosa dieta de acetaminofén e ibuprofeno que se les receta por todo y para todo.
 
Junto al drama de la salud, se equipara el drama laboral y de seguridad social que padecen hoy los colombianos… Hay qué ver las condiciones de trabajo indecente en que se desempeñan a diario millones de trabajadores, aunque, de todas maneras un poco menos dramáticas que los vacantes.
 
En vísperas de la reelección, el candidato-presidente se comprometió con el sector laboral a revivir las horas extras. Han pasado 17 meses, y de aquello nada… Igual se comprometió con los pensionados a impulsar un proyecto de ley que reducía del 12 al 4 por ciento el aporte obligatorio que hacen a salud. Podría decirse que a los pensionados les fue peor, pues, no solo no les cumplió sino que se les atravesó hasta hundir el proyecto de ley que ya había logrado avanzar hasta la plenaria de la Cámara.
 
En síntesis: a los alzados en armadas ni les chista, y corre a darles todo lo que le piden, y más… En cambio, con los sectores sociales anda viendo a ver de dónde les recorta más, con el fin de cuadrar sus descuadradas cuentas nacionales por la caída de los precios del petróleo.
 
El mensaje a la gente del común no podría ser más dramático: para los alzados en armas, todo; para ustedes nada…