Una alianza firme

 

La exalcaldesa de Cajicá, Fabiola Jácome, sería la sucesora política de la actual representante a la Cámara, Amanda Ricardo, por el Partido de la U. Entre las dos se han tendido importantes puentes de solidez política, y no solo ha habido química entre ellas sino entre sus electores. Entre las dos suman un importante capital político que dirigido hacia la exalcaldesa, posiblemente le aseguren el escaño en la Cámara que buscará en las elecciones del 2014.

No es cierto

El propio expresidente Uribe negó que haya contactado o pretenda contactar al general Naranjo a ver si quiere ser su candidato a la Presidencia en el 2014. La versión de que en tal sentido se habría movido el expresidente fue difundida por su escudero, el senador, Juan Carlos Vélez, por lo que se le dio tanta importancia y eventual veracidad. Aunque, a lo mejor, aquí quizás operó eso de “cartas a Santander para que las entienda Bolívar”, en el sentido de que Uribe habría mandado a Vélez a regar la especie a ver qué tal caía, y cuando al parecer cayó mal, el expresidente recogió la especie diciendo que él no había hecho ningún movimiento en ese sentido.

La nueva mejor amiga

La senadora de la U, Liliana Rendón, reconocida opositora a la reelección de Uribe en el 2006 es ahora su más fiel escudera en la campaña del Puro Centro Democrático por la reconquista del poder que busca el expresidente en las elecciones del 2014. La senadora busca para sí misma el apoyo de Uribe a su aspiración de llegar en el siguiente cuatrienio a la Gobernación de Antioquia. Al parecer, tanto el expresidente como la senadora le han echado tierra a las  otrora diferencias entre uno y otra.

La U sin U

Nada más paradójico en la política colombiana que el Partido Nacional de Unidad Nacional, más conocido como el Partido de la U. Todos saben que fue fundado por el hoy presidente Santos para apuntalar la reelección de Uribe y, de paso, montar su plataforma presidencial una vez concluyera la era de Uribe. Y todos saben que esa U, más que “Unidad”, significaba “Uribe”. Decir en Colombia “el Partido de la U “, se entendía más (y se entiende aún en algunos círculos de mediana y baja militancia política), como “el partido de Uribe” más que “el Partido de Unidad”. Pero, aunque se haga un esfuerzo porque la U sea realmente esa impronta de su razón jurídica “Partido de Unidad Nacional”, hoy si que está bien lejos, o mejor sería decir, más cerca de volverse añicos. Esa declaración del copresidente del Partido, el representante Jaime Buenahora, de que el 99 por ciento de la bancada es santista y no uribista es, a buen entendedor, un mensaje de que la U ya no es de Uribe sino de Santos.

Un dilema

Los uribistas de la U que en las próximas elecciones quieran repetir curul en el Congreso, tiene un señor problema: si renuncian a la U para seguir las orientaciones de Uribe, perderían sus curules, y si no renuncian, no podrían seguir a Uribe sin incurrir en doble militancia. Y lo mismo pasa con los primíparos de la U, que siendo uribistas, pretendan llegar al Congreso (Senado o Cámara) con el aval de la U: o son santistas –confesos y probados- o tendrán que emigrar al Puro Centro Democrático, es decir, renunciar a la U. Y ¡ojo! que, dichas renuncias no pueden ser de un día para otro, sino con 12 meses de antelación (ver, art. 2, ley estatutaria 1475 de 2011,o reforma política), que regirá para las elecciones del 2014. Fuera bueno que, de cara a esas elecciones, todos empezáramos por volver a echar mano de la “cartilla política”, para evitar sorpresas de última hora.

1. Por eso es que…

Se oyen voces, como sin querer queriendo, que abogan por una nueva reforma política que abra de nuevo las puertas del transfuguismo, o “voltearepismo”, como se dice groseramente en el argot político.

2. Por eso es que…

El presidente Santos hace oídos sordos a una nueva reforma política porque podría colarse en el Congreso un mico que abriera esa puerta del transfuguismo que dejaría a su partido, la U, como godos en saqueo… Bueno, así se decía antes cuando en medio de tremenda confusión, algunos se dedicaban a echar mano de lo que fuera y correr para cualquier parte.