PARA BARAJAR Y VOLVER A REPARTIR

VOTE EN BLANCO EL 25 DE MAYO O CÁLLESE OTROS CUATRO AÑOS

(Opinión El Satélite/Redacción: Octavio Quintero/Director)

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En los últimos años, el poder dominante en Colombia se ha equivocado dos veces en materia grave:
1) Haber introducido la tutela como mecanismo jurídico de defensa de los débiles y perseguidos por el régimen. La última alarma lanzada por el presidente Santos de que había que reformarla es claro ejemplo de que el régimen procura por todos los medios enmendar su error.
2). Haberle dado estatus político al voto en blanco por medio del cual, esa inmensa masa social que no sabe ni de derecha, ni de izquierda ni de centro, pero que sabe de sufrir por falta de trabajo, salud, vivienda y educación, podría hacer cambiar la historia.
Mucha gente acude a la tutela porque lleva ya varios años aprendiendo a usarla. En cambio, la gente no entiende todavía el inmenso poder que desde la última reforma política del 2011 se le dio con el voto en blanco, no tanto en la elección de corporaciones como  en elecciones nominales de presidente, gobernadores y alcaldes, en las que el voto en blanco puede sacar de juego a todos los candidatos y obligar a nuevas elecciones con candidatos distintos.
Resulta tan importante esta opción política que hasta el único partido de oposición que realmente opera en Colombia, el Polo, debiera pensar en su posibilidad si, como lo viene denunciando su candidata presidencial, no tiene garantías en medio de una campaña acaparada por el presidente-candidato a través de los medios de comunicación; o, si como se ve, la alternativa de los que le siguen en la opción resultan ser “la misma perra con otra guasca”, como dice el docto vulgo.
Por alguna razón que ahora no se entiende, esos promotores del voto en blanco en las elecciones parlamentarias, con alguna exposición mediática como el escritor y guionista, Gustavo Bolívar; el exmagistrado expresidente de la Corte Constitucional, Jaime Araujo y el también exmagistrado expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Arango Mejía, ya no hablan del voto en blanco.
A pocos días de la elección presidencial (25 de mayo), solo dos hechos han vuelto a llamar la atención sobre esta opción:
1). La guerra sucia desatada en las campañas de Santos y Uribe (por Zuluaga). Un sondeo realizado el jueves en la noche por el noticiero de CM& en el que preguntó a sus televidentes si tan confuso maremágnum le incitaba a votar en blanco, de cada tres que respondieron, dos dijeron que definitivamente iban a votar en blanco.
2). Y el otro hecho fue la apología del voto en blanco que en su muy peculiar estilo de elevada ironía y refinada sarcástica hizo en su conferencia de la reciente Feria del Libro, el aplaudido escritor, Fernando Vallejo.
Vale la pena releerlo:
“Copartidarios, somos los únicos limpios de aquí. Somos el Partido Colombiano del Voto en Blanco, el PCVB. Somos tan decentes que ni registro tenemos ni candidato. El domingo 25 de este mes, día de la ira nacional, voto en blanco. Solo hay una oportunidad para nosotros, la de la primera vuelta que tenemos que ganar con más del 50 por ciento de los votos para anular estas elecciones e inhabilitar a estos asquerosos (aplausos).
- Para nosotros no habrá segunda vuelta porque esta constitución puta de políticos y parapolíticos que convocó Gaviria no nos respeta… ¡Qué importa! En la primera vuelta, con nuestros votos en blanco, que en ésta sí son válidos, les vamos a dar su gran lección…
- Tomen esa cosa que llaman el tarjetón, y que es ni más ni menos que el sagrado voto, lo marcan con una X donde dice “Voto en Blanco”, lo meten en la ranura o hueco (que en última instancia es el acto esencial del hombre, pues, sin él no estaríamos aquí) y listo… deber cumplido.
- Y el lunes 26, cuando amanezca Colombia radiante, toda pintada de blanco… ¿Qué? ¿El vacío de poder? ¡Cuál vacío de poder! Vacía la vida mía”…
(Aplausos prolongados)
Y es que cuando se ve que, con excepción de la candidata del Polo, que no tiene ninguna opción, con perdón de la doctora Clara López, todos los demás provienen de la misma pelambre de Uribe, de cuyo gobierno fueron ministros o amigos íntimos, pues, no se requiere mucho esfuerzo mental para decidir que la mejor manera de enfrentar la situación es pedirle a la democracia que baraje y vuelva a repartir a ver con qué otros candidatos nos sale…