"MI VOTO POR LA PAZ"

"MI VOTO POR LA PAZ"

ÚLTIMO ACTO DE LA COMEDIA ELECTORAL

(Octavio Quintero, 24 de mayo del 2014)
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Veo con un poco de tristeza, y mucho asco, el forzamiento de casi todo los columnistas que frecuento, entre ellos algunos distinguidos amigos, explicando su “voto por la paz” que implica la reelección de Santos.
Tristeza de que, quienes sean sinceros en votar por la paz, estén a punto de tropezar de nuevo en la misma piedra puesta como trampa por ese Zorro-1, que es Santos…
Asco de quienes, fingiendo sinceridad, solo están pagando de rodillas la mermelada clientelista, esa que no se expresa en $ a través de contratos públicos, sino en favores recibidos.
Y se fuerzan en decir que no son santistas pero que lo hacen por la paz. Su falsedad es manifiesta. Más les valiera explicar su puesta boca abajo con esa lapidaria frase de su nuevo mejor amigo cuando dijo: “Solo los estúpidos no cambian de opinión cuando las circunstancias cambian”.
Pero qué digo: la verdad es que llegó el tiempo de las desideologización de los partidos: hoy solo son movimientos políticos que van y vienen como las olas al vaivén de los vientos y, los líderes de estos movimientos políticos, parecen surfistas en lo más alto de las crestas.
Como son los tiempos, así las cosas. Hoy son así: pragmáticas. Y lo que fastidia es la hipocresía. El esfuerzo que hacen en parecer sinceros; el reiterado engaño implícito en su discurso con el cinismo propio del que ha tomado la política como profesión para vivir, dejando de lado la pasión “el sueño de intentar construir un futuro social mejor”, en palabras de Mujica.