MENÚ ESPECIAL: SAPO A LA MERMELADA

MENÚ ESPECIAL: SAPO A LA MERMELADA

"HASTA AGOTAR EXISTENCIA"

(Octavio Quintero, 2 de junio del 2014)
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Nunca antes como en esta campaña presidencial de segunda vuelta en Colombia había quedado de manifiesto el dicho ese de que la política es el arte de tragar sapos sin vomitar (Carlos Fuentes).
Ver alianzas entre “nuevos mejores amigos” que hace apenas unos días se sacaban los ojos, es un triste espectáculo en todos los sentidos, menos en  política porque, ese otro dicho atribuido a Churchill, también casa aquí como anillo al dedo: la política es como la alta cocina: cuando uno ve cómo se preparan los platos, se le quitan las ganas.
Para empezar por cualquiera de las sorprendentes alianzas, la del presidente Santos con el alcalde Petro a quien el 19 de marzo destituyó del cargo llamándolo inepto y éste le respondió tildándolo de falta de moral para liderar un proceso de paz…
En el mismo lance, el hoy candidato a vicepresidente, Vargas Lleras, le dijo a Petro hasta de qué se iba a morir… Hoy van de la mano camino a la reelección… En esas mismas toldas se encuentran Gina Parody, rival de Petro en la campaña por la Alcaldía de Bogotá.
Sigamos... El apoyo del expresidente Samper a Santos, al que se opuso en el 2010 y señaló como cabeza de la conspiración a su gobierno en el 2009, también resulta sintomático de la comedia electorera.
¿Y qué tal, una recalcitrante sobreviviente del exterminio de la UP, Aida Avella, dando apoyo político a la reelección del cazador de Reyes en Ecuador?
“No todo vale”, es la consigna del emblemático exalcalde Antanas Mockus quien acaba de descubrir que, por la paz, sí todo vale…
Ni hablar de los columnistas de opinión entre quienes se destacan la reconocida María Jimena Duzán quien en el 2009 decía  en Semana.com que a Santos no se le podía ni prestar las llaves del carro porque se quedaba con él, y el indómito Antonio Caballero quien admite que aunque tenga que taparse la nariz le toca votar por Santos.
En el menú de sapos, el más grande le correspondió al propio candidato del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga, al tener que tragarse su advertencia de que una vez elegido, su primera decisión era suspender los diálogos de la Habana.
También de ese menú traga el presidente-candidato  porque con su rechazo a la voltereta de Zuluaga desconoce que fue él quien dijo en la campaña del 2010 que “solo los idiotas no cambian de opinión cuando las circunstancias cambian”.
¿Qué tal el sapo del expresidente Uribe al tener que decir que sus pruebas contra Santos son solo rumores?
Por ahí le tienen reservado un sapo enorme al expresidente Gaviria que tendría que tragarse si tampoco tiene pruebas de su acusación de que en la campaña de Zuluaga hay manos untadas de sangre.
No, si es que hay tanta demanda de sapos en esta campaña presidencial que sus precios están por las nubes, y tal vez por eso algunos otros no han encontrado el batracio indicado para acomodarse en alguna de las dos campañas…
Pero ya encontrarán su piel a la medida, aunque con el tiempo puedan correr con la misma suerte de Dorian Grey…