Senador Robledo

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Mintió Santos cuando dijo que las EPS se van a acabar. Solo les cambian el nombre. Seguirán los mismos con las mismas. Se mantiene el POS restringido, pero ahora se llama Mi Plan. Y se proponen acabar con el No Pos y la tutela. Es una imposición del Banco Mundial. La peor reforma a la salud desde la Ley 100 de 1993.

No pudo empezar peor la reforma a la salud: con la monumental mentira de Santos de que ‘las EPS se van a acabar’, cuando apenas les van a cambiar de nombre. Seguirá, entonces, la intermediación financiera y el aseguramiento, con el agravante de que se proponen acabar con el No POS –que amplió los derechos del POS– y reducir a poco o a nada la tutela.

Se está, entonces, ante la peor reforma a la salud desde la aprobación de la Ley 100 de 1993, porque lo único bueno que les ha pasado a los colombianos en este aspecto en casi veinte años es la creación del No POS, en razón de los fallos de tutela”.

 La reforma a la salud de Santos es la política del Banco Mundial diseñada para favorecer a los banqueros. Se trata de una propuesta tan mala que, como lo señaló la Contralora y la Federación Médica Colombia, incluso se atreve a decir de frente que los recursos públicos para la salud se volverán privados cuando pasen a las nuevas EPS (las llaman “gestoras”), hecho que fue el que generó la intervención de Saludcoop.

No debe permitirse que el cambio de nombre del POS por el de Mi Plan genere engaños, porque significan lo mismo, es decir, unos derechos restringidos en salud, de forma que los colombianos se seguirán enfermando y muriendo de males que la medicina sabe curar. Y continuarán la integración vertical en la atención primaria, los copagos y las cuotas moderadoras.

 La reforma, además, fortalecerá el sistema de las empresas de medicina prepagada, reforzadas con las compañías de seguros, porque es objetivo primordial de Santos-Gaviria imponer un POS restringido –Mi Plan– y que el que quiera algo mejor lo pague por aparte según su capacidad económica. Mala medicina para casi todos y medicina mejor para unos pocos, es la consigna.

 Muy al estilo santista, el texto de la reforma, al igual que la palabrería con la que ha sido presentada, está cuidadosamente pensado para engañar a los colombianos, mediante la utilización de afirmaciones que suenan bien, pero cuyo propósito es ocultar que la reforma, en lo fundamental, deja las cosas como están.