LOS VIAJES DE LOS ALCALDES: LO MALO DE LO BUENO

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Opinión/El Satélite

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Las federaciones y asociaciones de gobernadores y alcaldes del país, deidcan buena parte de su tiempo a organizarles viajes internacionales, y eso está bien. Cuando se dice que una imagen vale más que mil palabras se puede asumir que cuando un alcalde nuestro ve, por ejemplo, una planta de reciclaje en Tokio o Shangai la está comprendiendo más que si estuviera leyendo sus bondades en cualquier medio impreso.

Luego no son censurables los viajes de nuestros gobernantes al exterior en plan de estudio, conocimiento, capacitación y aún por turismo –que también el turismo es una excelente fuente de desarrollo económico y social. Lo que los hace inútiles es que de estos continuos viajes poco o nada queda porque, entre otras cosas, ni siquiera rinden informe oficial de sus viajes a los organismos de control, ni tampoco se los piden.

Un informe escrito no solo sirve para ver qué tan importante era el viaje del funcionario sino que, además de justificar el gasto público a cuenta de los contribuyentes, queda como bitácora en caso de que el asunto, y volviendo al ejemplo de la planta de reciclaje, pueda seguir interesando a la siguiente administración.

Nadie espera que de regreso, los alcaldes de Sabana Centro que se dieron su vuelta por el mundo chino, traigan en la manga del saco al coloso oriental listo a poner su poderoso músculo financiero al servicio de nuestros intereses locales. Pero si es de ley que una vez aterrizados en sus despachos saquen un tiempito y rindan el informe de su viaje a ver si es del caso hacerle seguimiento a algunas de las tantas cosas interesantes que se pueden ver en esa milenaria cultura imperial que se asoma otra vez con ganas de señalar el camino de la sociedad a mediados del presente siglo, según los más serios y sesudos pronósticos.