Ya se está poniendo en cartelera lo que no se dijo ni discutió en la pasada campaña presidencial: nuevos impuestos.
Solo tangencialmente algunos analistas tocaron el tema de una inminente reforma tributaria, entre otras cosas, para financiar todos los programas que serán necesarios poner en marcha dentro del posconflicto… Pero sus voces fueron acalladas por el fragor de la lucha electoral centrada en “el fin de la guerra o la guerra sin fin”.
Conseguido el objetivo de tener que elegir a Santos –sí o sí—empieza ahora a abrirse la caja de Pandora: una reforma tributaria que, como siempre, subirá impuestos a la clase media y a los trabajadores; a los ricos los hará “chillar” de alegría; incrementará el IVA a los artículos de primera necesidad y, ya se habla también de gravar las pensiones de jubilación de más de 5 salarios mínimos.
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