MAGISTRAL COLUMNA (recomendada)

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Monopolios u oligopolios mediáticos: los verdaderos verdugos de la democracia.

 
 

Columna de María José Doria

Twitter: @MajoDoria

Quiero empezar por decirles que soy una decidida defensora de la libertad de expresión y considero que ningún estado de derecho tiene la facultad de limitar la libertad de ideas ni de conciencias.

Los medios masivos audiovisuales cumplen una clara función política, que se pueden usar para bien o para mal, como lo hizo Hittler.  La televisión nos muestra objetos o personas, cuando uno la ve, cree estar viendo la realidad y que tenemos contacto con el hecho mismo; por eso digo que los medios audiovisuales te crean una realidad, porque yo no sé lo que está pasando en IRAK o Venezuela en estos momentos, lo que sé es lo que me informan o me muestran los medios masivos de comunicación como la tv, la radio y la prensa.

Vivimos en una realidad creada a partir de los medios de comunicación masivos, por tal motivo nuestras conductas se determinan conforme a esa realidad construida. Un monopolio de medios es el verdadero peligro para la democracia y el estado social de derecho, ya que la realidad que crean tiene un solo sentido y es el que quieren estos medios. El volumen patrimonial de estos medios es tan grande que  yo no diría que están al servicio de enormes corporaciones transnacionales, realmente hacen parte de ese entramado financiero y lógicamente responden a esos intereses.

Para nadie es un secreto, que en nuestro país como en el resto de países de Latinoamerica, el poder económico de las corporaciones compite con el poder político, así como también que nuestros políticos y gobernantes están cercados por el poder de creación de realidad de los medios que pertenecen a grandes monopolios económicos. Vivimos en un mundo de riesgos, pero a veces esos riesgos son lo que nos muestra la construcción mediática: magnifica unos, normaliza otros y oculta muchos.

Siempre he pensado que en LATAM, en especial Colombia, no hemos superado el colonialismo.  Primero, fue la ocupación política del colonialismo originario; después llego el neocolonialismo y nos ocuparon mediante oligarquías locales, que desde mi perspectiva no hemos superado; Luego, cuando creíamos ser “independientes” nos ocupan con esa ideología colonialista de “seguridad democrática” que se aproximó a la ideología francesa de “Seguridad nacional”  simplificada en la escuela de las Américas de Panamá y que se vio impulsada por toda una revolución tecnológica que hizo lo posible por maximizar sus efectos favorables y ocultar los negativos.

Las grandes corporaciones económicas se han ido comiendo a la política, no es algo nuevo. Hace más de 60 años, el ex presidente Eisenhower cuando estaba dejando la presidencia estadounidense dijo que los intereses estratégicos de EEUU estaban siendo reemplazados por intereses del complejo militar industrial y Charles de Gaulle en Europa se refirió a lo mismo. Las corporaciones ya se daban cuenta que ese acuerdo entre el establishment-política se estaba desequilibrando, porque en el proceso de concentración de capital, las grandes corporaciones al controlar los medios se dieron cuenta que no necesitaban de la política y directamente pasaron a tener el poder absoluto. El instrumento siempre ha sido la monopolización de los medios de comunicación masivos, y no se puede hablar de democracia cuando la realidad depende de un monopolio. Así que el daño a nuestro estado social de derecho, a nuestra democracia representativa y “pluralista” no lo hacen los hashtags de Twitter ni videos de redes sociales, que no son otra cosa más que la manifestación de personas no escuchadas e ignoradas por instituciones estatales que han perdido legitimidad, y que también viven realidades que los medios de comunicación masivos se han dedicado a ocultar. El verdadero daño a la democracia lo han hecho los medios como Revista Semana, canales como RCN y Caracol, periódicos como el Tiempo y el Espectador, porque pertenecen a grandes corporaciones económicas y construyen una realidad mediática que de alguna manera beneficia el interés de estos oligopolios.

En Colombia, los medios ocultan la violencia homicida entre la marginación, así como también la letalidad policial y maximizan eventos no comunes de las protestas sociales, con el único fin de deslegitimarlas porque de alguna manera afectan sus intereses.

Pienso que Vicky Dávila está totalmente errada al irse lanza en ristre contra las personas de redes sociales, apodar a muchos como “banda del pajarito” y estigmatizar a la gente; cuando realmente es ella la que trabaja para las verdaderas bodegas de la oligarquía que ha gobernado desde hace décadas, y que nos ha llevado a que el día de hoy necesitemos 11 generaciones para salir de la pobreza.

Por último, quiero decirles que no se dejen llevar del discurso falaz de la comunicadora Juvinao de que nuestro debate es marginal porque es el resultado de nuestra naturaleza o cultura, eso no es así, eso solo nos trata de convencer de un racismo de inferiorización. Quiero dejar claro que estoy en total desacuerdo con el Dr. Cancino, regularizar las redes sociales es limitar la libertad de expresión y más en un estado policial como el actual. La libertad en redes sociales y de contenido debe protegerse siempre, pero no los monopolios mediáticos que solo dañan la democracia y que son los que realmente le temen a que la gente conozca otras realidades que no pueden controlar.

María José Gómez

Abogada, militante frente patria grande.

Twitter: @MajoDoria