LONDRES: DE THATCHER A MAY

"BREXIT IS BREXIT"

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Crónica política/Octavio Quintero/El Satélite

(Fuente: periódicos y agencias internacionales)

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En Londres se inicia este miércoles 13/07/16, un nuevo gobierno bajo el mando de Theresa May, la segunda mujer en la historia política del Reino Unido que llega al Número 10 de Downing, residencia y despacho oficial del premier.
 
Ahora, en toda esta gran nación, que en realidad son cuatro: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, no se habla sino de May, tanto por ser mujer como por la coyuntura política que precede su llegada al poder; y en torno suyo, se recuerda a la primera mujer que gobernó la inmarcesible monarquía parlamentaria: Margaret Thatcher (1979-1990), apodada en los albores de su gestión, por un periódico ruso, “La dama de hierro”, y con justa razón.
 
May podría ser la versión renovada de la Dama de Hierro, y lo va a necesitar, tras el Brexit que deja al Reino Unido por fuera de la Unión Europea; o a la Unión Europea sin el Reino Unido… Como quiera verse, es un gran desafío hacia el futuro inmediato en todos los frentes: político, económico y social, tanto para el uno como el otro.
 
En efecto, la historia dice que Thatcher llegó al cargo en momentos en que el Reino Unido cuestionaba mucho su participación en la Comunidad Económica Europea (CEU), antecesora de la Unión Europea (UE,1992), la que consideraban una carga económica por lo mucho que aportaban y lo poco que recibían.
 
Se hizo célebre su sentencia al presentarse en la Primera Cumbre Europea en Dublín: “Quiero que me devuelvan mi dinero”… Pedía una rebaja en la contribución del Reino Unido al presupuesto europeo.
 
Aunque May hizo pública su admiración por Thatcher, advirtió que en política no tiene ningún modelo y que prefiere recorrer su propio camino.
 
New Deal, a la inglesa
La nueva historia que empieza hoy con May, parece que también va a tener su sentencia histórica: “Brexit is Brexit. No habrá un segundo referendo ni intentos por seguir en la UE”, garantizó. Y las promesas en Londres no se echan al olvido, y resulta cara su traición.
 
La perentoria advertencia de la nueva premier inglesa, a quien el mundo de hoy compara también con la premier alemana, Ángela Merkel,  “mandamás” de la UE, muestra otra faceta bien importante: el respeto que la democracia inglesa, y en general la democracia basada en el régimen parlamentario, tienen por las decisiones populares; en otras palabras, el poder del pueblo.
 
En su primer discurso en Birmingham, tras quedar sola en el camino a primera ministra, May expresó que no se convocaría a un segundo referendo y que tampoco habrá intentos por reintegrarse de nuevo a la UE por la puerta trasera. “Como primera ministra, me aseguraré de que abandonemos la UE”, destacó.
 
Eso de Brexit is Brexit desinfla de entrada el globo que los nostálgicos querían echar al vuelo con la sugerencia de un nuevo referendo bajo el peregrino argumento de que los británicos votaron sin saber lo que votaban, o de que votaron Sí en la seguridad de que ganaba el NO.
 
El mundo neoliberal ha sufrido tal vez su más duro revés… En la medida en que el Reino Unido demuestre que más allá de Bruselas también hay vida económica, política y social; que ahora puede planificar de manera libre y autónoma su propia política monetaria y económica; sus propios acuerdos bilaterales de comercio exterior, a la medida de sus zapatos, seguramente otros hastiados que ya emiten esporádicos quejidos, emprenderán su propio Brexit para salir de debajo de las faldas de Merkel.
 
Su mano de hierro
No es gratis la comparación que hacen de May y Thatcher. La ministra británica de Interior y ahora nueva líder del Partido Conservador la definen como “una mujer extremadamente difícil”. Como ministra de Interior, no vaciló en deportar al clérigo radical, Abu Qatada, considerado el embajador espiritual en Europa de Osama Bin Laden, el abatido líder de la red terrorista Al Qaeda. También Estados Unidos debe recordarla ahora en su nuevo trono, pues, se negó a extraditar al pirata informático, Gary McKinnon, que accedió a las computadoras del Pentágono.  Los tories (su partido) también llevaron del bulto cuando en el 2002 los increpó llamándolos “partido desagradable” debido a su intolerancia con las minorías. Considerada una de las voces modernizadoras de la formación, May respalda la igualdad de sexos y apoya el matrimonio entre homosexuales, aunque en 2002 votó en contra de concederles el derecho de adopción.
 
La futura primera ministra, cuyo padre era un vicario anglicano, nació el 1 de octubre de 1956 en Eastbourne (sur de Inglaterra), va a cumplir 59 ahora en octubre del 2016. Se graduó en Geografía en la Universidad de Oxford. Allí conoció a su marido, Philip May, con quien lleva casada 36 años. May es fanática del criquet, adora la cocina (tiene más de 100 libros de recetas) y en varias ocasiones ha expresado su pesar por no haber podido ser madre.