LO MALO DE LO BUENO

LO MALO DE LO BUENO

Según Juan Manuel López Caballero, el brillante columnista de Dinero, estamos condenados a sufrir el capitalismo y la democracia, hasta que la muerte nos libere…

En carta pública suscrita al Polo, López Caballero considera al capitalismo y la democracia inocuos per se: no hacen daño… Lo que pasa es que –dice-  “tienen internamente el riesgo de que sus deficiencias prevalezcan sobre sus ventajas”…

Hermosa, por lo ingenua, la teoría: llegar “al fin de la historia” con la afirmación de que el capitalismo y la democracia son inocuos porque, por sí solos no hacen daño a nadie, es una falacia que resulta válida para todos los modelos económicos y políticos que uno pueda imaginar en el mismo esquema.

Utilizando los mismos términos de López Caballero se logra también el aserto al decir que el comunismo “no es bueno ni malo per se. Lo que sí sucede es que tiene internamente el riesgo de que sus deficiencias prevalezcan sobre sus ventajas”.

En este orden de ideas, da lo mismo ser capitalista o demócrata que comunista  o ácrata, dado que todo modelo económico o político comporta internamente el riesgo de que sus deficiencia prevalezcan sobre sus ventajas. Hasta el modelo humano se puede medir por este DOFA: usted es tanto más o menos, según la ventaja que saque de sus fortalezas o debilidades.

La falacia de López Caballero sesga en el modelo capitalista el interés particular; y en el modelo democrático, el clientelismo.

Lo que asegura el articulista es que si se lograra que el capitalismo fuera más de interés general y la democracia más de méritos,  capitalismo y democracia serían ideales.

¿Y quién lo discutiría? Nadie. Lo que pasa es que el día que en el capitalismo prevalezca el interés general, y en la democracia prime el gobierno del pueblo, ya no serán capitalismo y democracia sino otra cosa… Llámese como se llame, eso es lo que lo que buscan, quienes luchan por tumbar el régimen.

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Fin de folio: esta columna in comento de López Caballero se parece mucho a esa adivinanza de alguien que al cabo de describir perfectamente a un león, por su melena, sus colmillos, sus garras y su agresividad, termina por decir que no es un león  sino una leona…