LIBARDO RODRÍGUEZ LEURO (El Satélite)

EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

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Los recientes informes de las entidades oficiales son tan extraordinarios, que no falta quien indique que los colombianos nos debemos preparar para vivir en una sociedad llena de cariño, sin pobreza, sin narcotráfico, sin delincuencia y con muy poca violencia.

Los gobernantes de turno están muy satisfechos con las estadísticas que arrojan algunos sectores económicos, y se encuentran convencidos de que, con sus estrategias, todo seguirá marchando muy bien.

El orgullo de los dirigentes consiste en que, pese a los grandes índices de violencia, se siguen construyendo autopistas, hospitales, centros educativos, y que por fin los paros campesinos se terminaron pacíficamente.

Se espera que muy pronto se descubran fórmulas para extinguir definitivamente la pobreza, el desaparecimiento forzado, y que la regulación del precio de la gasolina, se pueda establecer, conforme a las leyes de la oferta y la demanda.

En materia política se percibe un ambiente tan agradable, que hasta los militantes de la ultraderecha se volvieron de la oposición; los ecológicos del centro se transformaron en progresistas y los izquierdistas se alistan para conformar un solo frente.

Ojalá que los militares no se queden marginados y logren que algún día una mujer sea directora de la cúpula, para que definitivamente se humanice la fuerza.