LA PAZ EN BLANCO Y NEGRO

LA PAZ EN BLANCO Y NEGRO

El hombre es una cosa vana, variable y ondeante: Montaigne

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Octavio Quintero (noviembre de 2014)

 

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El tema de la paz que pasa por la Habana está pesado y confuso desde el secuestro del general Alzate, cuya liberación en las próximas horas, según se espera, está puesta anticipadamente por el presidente Santos como “una muestra de la voluntad de paz de las Farc”, que fue lo que dijo sobre la liberación de los dos soldados en Arauca.
 
Un paréntesis: Si eso es así, entonces la voluntad de paz de las Farc viene desde hace rato de la mano de la senadora, Piedad Córdoba, aguerrida defensora de los derechos humanos de todos los secuestrados por las Farc, lo que, paradójicamente, le costó su curul en el Congreso y la muerte política decretada por el procurador Ordoñez.
 
Ahora parece que solo este general y sus dos acompañantes están secuestrados por las Farc, y que su próxima liberación será una muestra de la voluntad de paz que, en palabras del Presidente, le exigen los colombianos.
 
No, lo que se viene exigiendo es la liberación de todos los secuestrados (militares y civiles) y el fin del secuestro como estrategia de lucha. Si las Farc quieren realmente demostrarle a los colombianos su voluntad de paz, debieran poner en libertad a todos los secuestrados, para empezar, porque si solo se limita a dejar en libertad al general Alzate, queda evidente que su secuestro fue una burda y macabra estrategia de la que no quiso hablar el ministro de Defensa frente a la propuesta que le formuló el representante del Polo, Germán Navas Talero.
 
Otra cosa pesada y confusa es el distinto panorama que en sus declaraciones trazan el Presidente y las Farc: Santos todo lo ve color de rosa (y sin embargo suspendió los diálogos); las Farc todo lo ven negro (y sin embargo se mantienen sentados a la mesa).
 
Por ejemplo: el Presidente acaba de decir desde Mocoa, departamento del Putumayo, donde estaba a la hora de la liberación de los soldados de Arauca, que el hecho fortalece el proceso de paz… Lo mismo dirá, y con más veras, cuando liberen al general.
 
Pero hace apenas un par de días se conoció una carta de Timochenko, el jefe máximo de las Farc sobre la suspensión de las negociaciones en la Habana a raíz del secuestro del general, y dice que (…) “El Presidente, con su suspensión, tumbó el tablero donde jugábamos la partida, destruyó la confianza. Las cosas no podrán reanudarse así no más, habrá que hacer diversas consideraciones”.
 
Si fuera cierto que la noche es más negra unas horas antes del amanecer, entonces toda esta pesadez y confusión que envuelve los diálogos de la Habana preludian un pronto amanecer…
 
Ojalá fuera con buen tiempo porque hay días en que amanecemos… “tan lúgubres, como en las noches lúgubres el llanto del pinar. El alma gime entonces bajo el dolor del mundo, y acaso ni Dios mismo nos puede consolar”: Porfirio Barba Jacob/Canción de la vida profunda.