LA DESINFORMACIÓN...

LA DESINFORMACIÓN...

El peor pecado de los medios de comunicación es la desinformación, dice el papa Francisco en su reflexión ante la Asociación de Radio y Televisión de Italia que lo visitó el viernes 21 en su despacho del Vaticano.

El papa explica que “la calumnia es pecado mortal, pero se puede llegar a conocer la verdad"; igual que con la difamación, se puede finalmente decir que fue "una injusticia" y "pedir perdón por ello"… Pero, el peor de todos, es la desinformación, "el decir las cosas a medias", lo que no permite a quien ve la televisión u oye la radio "hacerse un juicio de valor porque no tiene elementos; nadie se los ha dado".

La agencia EFE lanzó la noticia al mundo, y no parece que haya caído muy bien a los grandes medios de prensa, radio y televisión porque, en un somero paneo de Internet, solamente se puede ver en algunos (muy pocos) medios alternativos, y eso de tendencia socialista.

En Colombia no se registra en ninguna parte –no al menos en los medios que se buscaron esta mañana del martes, antes de escribir este comentario.

Este papa Francisco viene diciendo cosas muy serias sobre el libre mercado, la corrupción, el ejercicio de la política y, por supuesto, la ortodoxia clerical… Esto, sobre la prensa, tiene una connotación propia, de gran calado social, que vendría bien meditar, así no fuera sino por ejercicio intelectual.

Novedosa la aseveración del Papa, y resulta lógica: la calumnia y la injuria son delitos que conllevan acciones penales y civiles contra los infractores. Pero, la desinformación queda como aire sucio que la gente respira, sin darse cuenta, porque “por desgracia se ha acostumbrado a respirar de la radio y de la televisión un aire sucio, que hace daño", dice el Papa.

Difícil tarea la de Francisco. Imposible, si se quiere, porque los grandes medios de comunicación han sido absorbidos por los grandes capitales precisamente para manipular la información en orden a su propia conveniencia.

Resulta plausible alabar, desde estas páginas alternativas, la intención del Papa y abogar porque se pueda llegar a la difusión de una información oportuna, veraz e imparcial, independientemente de las divergentes tendencias de opinión que al sobreponerlas a la información es lo que conforma la desinformación de que habla el Papa.