LA CUADRATURA DEL CÍRCULO

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO
La elección de Peñalosa como candidato de la Alianza Verde tiene muchas lecturas, algunas muy incómodas para la misma Alianza que, quién lo duda, tiene su principal soporte en los Progresistas de Petro.
Lo primero que debe volverse a considerar –ya se había debatido—es que la consulta popular de los partidos en procura de una decisión democrática en la selección de sus candidatos presidenciales debe ser obligatoria para todos y en un mismo día. Si no, que cada partido haga su propia convención o congreso, al que solo asisten sus parciales, como fue lo que hicieron los partidos Polo Democrático, Liberal y Conservador y el mismo movimiento de Centro Democrático. Solamente a esta ‘non santa alianza’ se le ocurrió que a expensas del Estado (es decir, de todos nosotros), debía salir su inmaculado candidato.
La democracia no se fortalece con artimañas ilusionistas como la que le hace pensar ahora a Peñalosa que, porque fue elegido candidato con 2 millones y pico de votos, ya tiene ese  caudal electoral entre el bolsillo para las presidenciales del 25 de mayo.
Hasta en las mismas toldas de la Alianza se admite que en esa elección metieron la mano los uribistas, y esto plantea al menos dos inquietudes…
¿Va Peñalosa camino a desplazar al candidato Zuluaga del “corazón grande” de Uribe?
¿Y, si fuera así, qué pasaría con los Progresistas de Petro? ¿Le seguirían acompañando en las elecciones del 25 de mayo?
No cabe duda de que Peñalosa, una vez aupado por Uribe, los Progresistas saldrían despavoridos de esa Alianza que, como decía Alzate Avendaño, parece pegada con babas…
¿O será que una figura como la nueva senadora, Claudia López, precursora de ese aterrador descubrimiento de la parapolítica en Colombia, votará por un candidato presidencial capturado por Uribe? ¿O será que un exguerrillero de pura sangre (o terrorista puro en lenguaje de Uribe), votará por su candidato in pectore?
Cosas se ven tan raras en la política, como la misma llave que conforman hoy Santos/Vargas Lleras… Pero, ésta de Peñalosa, elegido por unos electores falsos; apoyado por una importante vertiente  de la izquierda;  hijo putativo de una recalcitrante derecha; expósito de unos Verdes que ya ni ellos mismos saben qué zapatos calzan… ésta sí, cosa es de volverse loco…