LA CLASE MEDIA

Por Jaime Lustgarten
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Los países que logran el progreso lo hacen por muchos factores, pero quizá el más importante o preponderante para su desarrollo económico, social, cultural y político, es la existencia de una población mayoritaria de  clase media.  Hago énfasis en señalar esto como un hecho histórico, ya que la mayoría de los países que han tenido la suerte de alcanzar esa meta y aparecer fuera del contexto de los que hacen parte del tercer mundo, como se les conoce peyorativamente cuando no son llamado en vías al desarrollo, son países cuyas  poblaciones tienen niveles culturales y educativos más altos, formados por personas que piensan y actúan motivados con ciertos valores necesarios en toda sociedad para alcanzar metas y objetivos que permitan equidad, justicia y desarrollo, y son sociedades con una clase media fuerte y creciente.
 
Los países con alta población de clase media progresan pues la clase media es la clase pensante, la que no se deja comprar con prebendas ni con publicidad, sino que analiza y descubre en el fondo de los discursos y  en el concurso de las ideas, los verdaderos valores y las realidades concretas, sin dejarse empeñar por pasiones, sino mucho más conscientes; además la clase media es la que sufre mayormente por  el desempleo, y también es la que mas  tributa y fuertemente es golpeada por los impuestos.
 
Estados Unidos tiene una población de clase media altísima, lo mismo ocurre en Italia,  Alemania,  Austria y Holanda,  y hoy día países como Brasil o China van en una línea ascendente de progreso pues su población de clase media está creciendo a un ritmo acelerado, lo que les permite un crecimiento de la demanda interna, y ese es otro factor que determina el nivel de progreso de un país, ya que el principal consumidor de la producción interna debe ser su propia sociedad y población, y esto se traduce en permitirles exportar los excedentes de su producción; por ello que sus industrias y empresas logran niveles altos de producción a mejores y más bajos costos, y precisamente por tener asegurada una venta interna lo que les permite producciones de altos volúmenes, así logran masificar su producción y se convierten mucho más competitivos con ofertas a precios más bajos.  Una vez logran bajar sus costos y precios, automáticamente mejora la capacidad de compra de sus consumidores al poder comprar más por su dinero, y mejoran su calidad de vida, por ende  aumenta progresivamente el empleo, lo que a su vez jalona los ingresos del estado por medio de los impuestos, y eso mediante un buen desempeño del gobierno estimula la inversión del estado.  Con mayor capacidad de compra se estimula el mercado inmobiliario, la construcción, y se generan condiciones para que crezcan los sectores de servicios y la banca.
 
Un país con una alta clase media permite mejorar el sistema político, es un estimulo al crecimiento,  y logra mayores garantías para todos. La clase media es la clase que lucha por subir,  mejorar y crecer, por estudiar y educarse, por lograr una calidad de vida. La gran mayoría de los colombianos que hace parte de la clase media logra pensionarse, y por desgracia los pensionados colombianos son los contribuyentes mayormente golpeados por las políticas públicas del régimen actual.  Puedo por ellos pensar que esta es la clase social donde se cumple la ley del embudo, la de lo ancho para el estado y lo angosto para esa clase trabajadora educada y patriótica.  Es la clase media la que si vota y lo hace consciente y libre, espontáneamente, la clase que más aporta al desarrollo de un país, pero la que menos recibe de él.  Creo que todos los colombianos no importa la clase social donde nos ubiquemos, le debemos mucho y es importante rendirle respeto y aprecio a la clase media, compuesta por maestros, técnicos, agentes de venta, artistas, periodistas, locutores, administradores de empresas, enfermeras, mecánicos, gestores, maestros de obra, pequeños empresarios, secretarias,  entrenadores,  en fin, por millones de personas que contribuyen al desarrollo de un país. Pero no existe un día en el cual podamos decirles gracias,  excepto en el día del trabajo,  único tributo que hacemos por ellos que tanto dan y  poco reciben.  La clase social del sándwich es la clase media.