Jorge Gómez Gallego

Jorge Gómez Gallego

 

Diputado a la Asamblea de Antioquia por el Polo Democrático. En esta columna "Palos porque bogas y palos porque no bogas",hace una defensa de la sindéresis de su partido cuando hace oposición al sistema neoliberal.

- Al haber adoptado la decisión de erigirse como el más sólido partido de oposición al gobierno de Álvaro Uribe Vélez, el POLO fue estigmatizado como amigo de la insurgencia armada. El asunto llegó al grado máximo en momentos en que el entonces presidente, aprovechando el repudio ciudadano a acciones de las Farc, impulsó en compañía de los grandes medios de comunicación social marchas ciudadanas en julio 5 de 2007 y febrero 4 de 2008, marchas a las que no concurrió el POLO por considerar que su ocurrencia estaba siendo utilizada de manera politiquera por el que ya se perfilaba como candidato a una segunda reelección. Cayeron rayos y centellas de afuera y de adentro del partido.

 

“El Polo no es lo suficientemente contundentes a la hora de rechazar las acciones de la guerrilla de las FARC”, fue la más “amable” de las críticas recibidas y efectuada por el hoy Alcalde de Bogotá y en ese entonces, dirigente del partido empeñado en dividirlo y destruirlo. La estigmatización y la propaganda negra contra el partido de la izquierda democrática llegaron a tal punto, que Antanas Mokus calificó el triunfo de Petro en la consulta para seleccionar candidato presidencial para los comicios de 2010, como un “alejamiento del POLO de las Farc”.

 

Lo curioso es que hoy, cuando Juan Manuel Santos ocupa el cargo, las funciones y las atribuciones de Uribe, está sucediendo un fenómeno similar. Al no marchar el 9 de abril con Santos, al POLO lo han ubicado diversos comentaristas oficiales y hasta algunos caracterizados por haber tenido algún grado de independencia en el pasado, como aliado del uribismo y hasta como enemigo del proceso de paz.

 

Queda muy mal parada la “democracia” colombiana cuando un partido que mantiene una erguida posición independiente frente a gobiernos neoliberales y sumisos a las órdenes de la Casa Blanca y Wall Street, es calumniado por negarse a ser cómplice de sus maniobras politiqueras, especialmente cuando la treta consiste en abrazar causas de buen recibo entre la ciudadanía para convertirse en ídolos.

 

Uribe se declaraba imprescindible para la derrota militar de la insurgencia, mientras Santos difunde la especie de que sin él no habrá negociación con la misma. Dos historias distintas con un solo propósito verdadero: lograr, mediante engaños, el apoyo de una población ansiosa por superar violencias cruzadas y de diversa índole que la han agobiado durante más de medio siglo.

 

Ningún ciudadano serio e informado puede acusar al POLO de haber tenido veleidades con posiciones que reivindican la lucha armada como herramienta válida de lucha política en la Colombia de hoy, así como tampoco podrá encontrar ni con la lupa más poderosa un solo indicio de que el partido se opone a que se materialice un acuerdo que ponga fin a la confrontación bélica entre la insurgencia armada y el Estado.

 

Esas conductas solo se las puede atribuir al partido de Carlos Gaviria, Clara López y Jorge Enrique Robledo alguien movido por el odio a las propuestas de transformación democrática y patriótica que impulsa el POLO en Colombia o que esté confundido por los dueños de esa animadversión.

 

Cuando no marchamos con Uribe no estábamos con las Farc y cuando no marchamos con Santos no estamos con Uribe. El POLO tiene sus propias banderas, su propia agenda y no serán quienes han convertido a Colombia en un desagüe de la crisis de las potencias imperiales y en un mar de pobreza, atraso, desempleo y desigualdad los que nos marquen a qué ritmo y con qué rumbo debemos marchar.

 

El conocido refrán popular que reza “palos porque bogas y palos porque no bogas” hace referencia al trato recibido por los galeotes, o esclavos condenados a remar en las galeras durante el esclavismo y el feudalismo; estos recibían latigazos remaran o no remaran. Los enemigos del POLO, en su afán de destruirlo o doblegarlo, le quieren aplicar el mismo tratamiento con calumnias porque sí y porque no. El problema, al menos para Santos y sus muchachos, es que no lo van a lograr.

 

Periscopio 1: El tal “Pipe” no pasa de ser un anuncio barato del Presidente para la galería. No se detiene la revaluación comprando más dólares y menos por los Fondos Privados de Pensiones; no se compensa la implacable competencia externa con la baja de aranceles a las materias primas. Paños de agua tibia que no alivian el mal, pero confunden e ilusionan. Solo la defensa seria del mercado interno y un ejercicio severo de control de divisas pueden producir un efecto positivo. Claro está que Santos no se atreve porque es parte del complot contra la producción y el trabajo nacionales.

 

Periscopio 2: El Gerente de la Fábrica de Licores de Antioquia debe renunciar por su ineficiente administración: millonarias pérdidas, negligencia y bajas en las ventas. Para ver el debate en la Asamblea haga click en el siguiente enlace: el gerente de la FLA debe renunciar: Diputado del PDA: https://www.youtube.com/watch?v=Iqho...

 

*Diputado Asamblea Departamental de Antioquia POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO