ISABEL DUCCA DURÁN (Desde Costa Rica)

ISABEL DUCCA DURÁN (Desde Costa Rica)

EL FANTASMA DEL COMUNISMO

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Yo pensé que el viejo del saco había desaparecido del mapa imaginario para la educación de la infancia. Recientemente, volví a saber de su existencia en boca de dos madres que “educaban” a unas criaturitas que no llegaban a los tres años con la amenaza de que si no dejaban de llorar iba a venir el viejo comunista del saco a llevárselas. ¡Mujeres jóvenes ambas!

Y es que la pedagogía del miedo tiene raíces profundas en la sociedad occidental.

Bartolomé Benassar, historiador, plantea que la pedagogía del miedo comenzó con los métodos que usó la Iglesia Católica con el Tribunal de la Santa Inquisición para ejercer el control y el dominio de la población europea y en la América Hispana. Con la amenaza constante, mediante la tortura pública o privada, el uso de los sambenitos y las sentencias, se propagaba el miedo y el terror a otro intangible: satanás. Las mujeres, acusadas de brujería en medio de la tortura, confesaban hasta que el pisuicas las visitaba de noche o que volaban en escobas.

También pensé que con la desaparición de la Guerra Fría se había borrado del mapa imaginario: el comunista – come chiquitos. Un hijo de comunistas me contaba que una vez oyó decir a una maestra en la escuela que “los comunistas comen chiquitos”. Se torturó mentalmente durante años con el pensamiento: “Mi mamá come chiquitos”. ¡Todo por luchar por la justicia social!

Históricamente, quienes le tienen pánico a la justicia social, es decir las clases dominantes de ayer o de hoy, montan escenarios para que los débiles, los vulnerables, los excluidos, los diferentes, los que no piensan igual, es decir quienes desean cambios y transformaciones económicas, políticas o sociales sean juzgados en un juicio público donde los que no saben lo que en realidad sucede -como el niño que no sabe que el viejo del saco no existe, o que la mamá comunista no comía chiquitos- se asusten y señalen a los “malos” de la película.

Y resulta que a la vuelta de la esquina, la historia los absuelve, porque, como lucharon por la justicia social, terminaron por darle a la humanidad toda su vida por hacer de la Madre Tierra un planeta habitable para todas y todos.

En Costa Rica, el sambenito se le aplicado a figuras de las más diferentes tendencias y colores políticos. Para el Movimiento Costa Rica Libre, la organización ultra derechista y retrógrada, aliada incondicional de La Nación, José Figueres Ferrer era comunista y así lo descalificó durante muchos años. Lo mismo se le recetó a Daniel Oduber en 1966, lo acusaron de comunista para que perdiera la elección.

Lo que son las ironías de la historia, los líderes del Partido Liberación Nacional fueron descalificados por comunistas. Hoy, en 2014, los líderes de ese partido hacen lo mismo con José María Villalta.

En la década del 40, fue acusado de comunista Víctor Manuel Sanabria, arzobispo de San José, por apoyar las Garantías Sociales impulsadas por los comunistas y por declarar –previo estudio del Programa y las bases- que los católicos podían militar en el partido comunista. Tuvo que llegar de Roma una defensa del Papa para que dejaran en paz a Víctor Manuel Sanabria.

A Manuel Mora V., líder fundador del Partido Vanguardia Popular, los capitalistas de la década del 40 le mandaron a poner bombas dos veces en su automóvil. ¡Sí, sufrió dos atentados con bombas! Una de ellas explotó en el auto cuando éste se encontraba estacionado frente a la casa de Carmen Lyra. Según el periódico Trabajo, Carmen Lyra iba hacia la puerta cuando explotó la bomba y se cayó, pero no tuvo consecuencias pese a una ventana quebrada.

A Carmen Lyra, por una vida dedicada a luchar contra la explotación y la injusticia, la premiaron con un exilio en 1948 y con no dejarla a venir a morir en su tierra.

¡Todo por luchar por la justicia social! Y es que quienes gozan de la corrupción, las gollerías, los millonarios que evaden impuestos, los morosos de la CCSS tienen pánico de que se acabe el festín de hacer fiesta del patrimonio del pueblo costarricense!

Con la frente en alto y la dignidad entera, no vamos de dejar nuestra lucha por la justicia social, que nos pongan los sambenitos que quieran: brujas, endemoniados, anarquistas, comunistas, etc. etc.

¡No nos detendrán!