HASTA DE LOCO TACHAN A URIBE

El presidente Santos y el presidente del partido de la U, senador Aurelio Iragorri, arremeten contra el expresidente Uribe en momentos en que se cuaja en el país una dura batalla política de cara a las elecciones presidenciales del año entrante que incluyen, además, la renovación del Congreso.

El ataque de Santos fue muy sutil… En la presentación de un nuevo libro sobre el expresidente Betancur, Santos dijo que a algunos expresidentes se les olvida su condición de “inquilinos temporales” de la Casa de Nariño.

Y el ataque del senador Iragorri, fue brutal: en declaraciones a la radio dijo que la nostalgia de poder está produciendo en el expresidente “variaciones mentales”.

Tanto el presidente Santos como el senador presidente de la U, parecieron reaccionar en esa forma al respetivo ataque de Uribe a ese partido fundado en su administración por el propio Santos para asegurar la inmediata reelección de Uribe y la posterior elección de sí mismo, como en efecto se dio.

En el fragor de la lucha que se ha casado entre Santos/Uribe y sus bandos secuaces, días antes de estos ataques al expresidente, Uribe había dicho que la U será un partido "desechable" a partir del próximo año.

Aunque resulta evidente que el expresidente Uribe “piensa con el deseo”, nadie con razón negaría que la U, en efecto, afrontará en las elecciones del año entrante un gran reto, pues, no solo aparecen enfrentadas sus cabezas principales, sino que hacia el interior del mismo, los principales dirigentes –senadores y representantes- se alinean en uno y otro bando, llevando la ventaja el presidente Santos, por tener la batuta de lo que últimamente se llama con sorna “mermelada burocrática”.

Pero eso no obsta para que desde el bando uribista, acantonado en lo que se erige como nuevo partido de “Puro Centro Democrático”, el exministro de Hacienda, Oscar Zuluaga, ahora nuevo principal escudero de Uribe, diga que "ganaremos en el Congreso y en las presidenciales".

La comedia de estos calculados enfrentamientos políticos es que Santos le eche encara la ambición de poder a Uribe que lo llevó, inclusive, a violar la Constitución para introducir la reelección inmediata, de la cual, ahora se aferra también Santos para seguir de “inquilino” en la Casa de Nariño.