
HACIA UN NUEVO DESASTRE AMBIENTAL
El problema ambiental que genera la Drummond se ha centrado solo en el tema del cargue de carbón y, aparentemente adrede, se ha minimizado el problema mayor: el dragado en Puerto Nuevo que está llevando paulatinamente al mundo de lo ambientalmente invivible estas apacibles playas llenas de luminosidad, alegría y sosiego.
Nuestro colaborador, Víctor Marenco, vuelve sobre el tema con este relato en que recoge la problemática de “Puerto Nuevo, la Drummond, el Minambiente y el dragado”.
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Si cualquier ser consciente se preocupa del orden del caos que nos circunda alrededor, puede y tiene derecho a conjeturar las situaciones anómalas. Más, sin embargo, nadie tiene tres dedos de frente para no entender cómo es posible que un dragado abierto y estertóreo se lleve a cabo en la ensenada Alcatraz, entre tres ríos prístinos y valiosos: El Córdoba, El Toribio y la quebrada El Doctor; como tampoco es concebible que las playas de las cercanías anden mugrientas y nauseabundas por culpa de los excedentes de un dragado a todas luces mal resuelto y, lo peor, institucionalmente muy mal administrado, sin visos de controles expeditos y claros y con tiempos de respuestas prontos.
Por tanto, este profuso bien entrópico, enmarcado dentro de un seudo orden administrativo, inelegante y diluido, queda en impactante evidencia cuando decidimos investigar qué pasaba con las profusas resoluciones del Ministerio de Ambiente, respecto a las demoníacas disquisiciones de la Drummond.
(foto Colprensa)
Normativa inicial
Para hacer el puerto de cargue directo, todo se inicia con un escrito formal de parte del Minambiente, consignado en la resolución 1099 del 22 de diciembre del 2012. El propósito es modificar una licencia ambiental que se había otorgado en anteriores disposiciones en la cual, la sociedad AMERICAN PORT COMPANY INC (APCI), con base en una documentación anexada, solicita la autorización de actividades de dragado para el canal de acceso y zona de maniobras, en conjunción con la sociedad portuaria PUERTO NUEVO S.A.
Posteriormente Drummond y Puerto Nuevo, ante la magnitud de la tarea (entre las dos empresas deben dragar alrededor de casi 30 millones de metros cúbicos de fondo marino, unas cantidades a todas luces descomunales, de acuerdo a las referencias ingenieriles colombianas), le comunican al Ministerio la dificultad que tienen en contratar una empresa que se encargue del dragado en cuestión, con las observancias exigidas dentro de los diferentes planes de manejo ambiental. Incluso, llegan a sugerir que ese tipo de dragados con aislamiento mecánico para impedir la afluencia de partículas en suspensión no existe.
No obstante, el Minambiente insiste, mediante la resolución 0168 del 20 de febrero del 2013 que es posible aislar el efecto del corte del fondo marino por medio de una pantalla encima de la misma.
En términos de ingeniería, sí hay opciones suficientes para que las labores de dragado en estas aguas tan hermosas se realicen con la observancia de las normas ambientales más exigentes. Incluso, aun a pesar de que funcionarios de la Drummond le comentaron al Ministerio que las labores de dragado con todas esas exigencias protectoras era un imposible de realizar, en la literatura técnica hay una profusión de alternativas que demuestran la factibilidad de adelantar el trabajo del fondo marino, minimizando el impacto negativo de la presencia de las partículas en suspensión. Todo apunta, muy posiblemente, al factor presupuestario y de costos. Quizás, por quererse ahorrar unos dineros o por facilitar una contratación expedita, le insistieron al Ministerio que les permitiera el dragado abierto, sin protección alguna.
El Ministerio, finalmente, no les acepta sus sugerencias y, por el contrario, ratifica lo dispuesto mediante la resolución 0168 del 20 de febrero del 2013.
¿Pero, que nos muestra este orden caótico? Pues, lo que sabemos: el dragado genera unos excedentes incontrolados de partículas en suspensión que se perciben a simple vista; su impacto negativo es evidente en la condición biótica y ambiental en la periferia cercana a los puertos.
Otro testimonio fehaciente del daño ambiental que se le está ocasionando a la ensenada de Alcatraz, es esta foto aérea en la que se observa, al lado izquierdo, el color rojizo de la contaminación del mar por las partículas en suspensión, y al derecho, el verde- azul de las aguas no contaminadas por la acción del dragado (foto, @cristinaplazasm).
Normativa vigente
1). Hay apartes resolutivos muy elocuentes que muestran que debe haber estaciones de muestreo del agua marina con rutinas regulares para la recolección de muestras, con el fin de proceder a su análisis…
2). Hay políticas encaminadas a resguardar el componente ictiológico y las actividades de pesca, con la evaluación y censo de la fauna marina.
3). Fuera de esto, los planes relacionados con el manejo de la condición social imperante en las áreas de influencia, son descritas fehacientemente dentro del articulado de estas resoluciones y, por tanto, son de estricto cumplimiento.
4) Y, además, se hace énfasis en la vocación turística de las zonas aledañas y, por ende, la observancia de la condición visual e inodora de las aguas de mar de las playas son de máxima importancia.
Preguntas pertinentes
¿Dónde han estado las entidades controladoras como Cormagdalena (Corporación Autónoma Regional del Magdalena), el Ministerio del Ambiente y otras entidades como la gobernación del Magdalena y la alcaldía de Ciénaga?
¿Qué ha pasado con las actividades de monitoreo y control en este ámbito?
¿Qué ha hecho el Ministerio del Medio Ambiente con la observancia de todas estas irregularidades profusamente documentadas por medio de fotografías y videos en los medios de comunicación?
¿Por qué se insiste nada más en el cargue, si de sobra sabemos que en la reglamentación del dragado hay normas suficientes y claras que obligan a la Drummond a realizar las mejores prácticas ingenieriles y no contaminar el derredor con restos de un dragado inadecuado e inmundo?
¿Dónde están las actividades de supervisión y monitoría de parte de la Corporación y de la administración del recurso marino para llamarle la atención a estas empresas?
Queda en la palestra otra gran cantidad de inquietudes que necesitan de prontas respuestas de parte de los entes de regulación del gobierno nacional, departamental y local, porque, de continuar con procedimientos de este estilo, las playas de las cercanías se cubrirán de una película fina y lodosa que las tornará prácticamente inviables para proyectar el turismo, actividad que prima sobre la portuaria.
En conclusión
Si la Drummond se comprometió con sus estudios y licenciamiento a implementar labores constructivas en estricta observancia de la normatividad ambiental, las playas a su alrededor no debieran estar invadidas de ese cieno marrón cobrizo que le entrega un aspecto tan indeseable. A esto agréguele el tema del bajón turístico padecido por el nefasto impacto visual de que causan las playas; el bajón en la pesca artesanal, comentado por los pescadores locales y la queja de los habitantes de los caseríos y barrios de la periferia.
El orden del caos continúa en conjunción con una entropía existencial que nos embarga con sus desparpajos al saber que estas orillas, con sus ambientes apacibles, llenos de luminosidad, alegría y sosiego, se verán tornados en unos pantanos espantosos y malolientes, sin opciones para que el presagio del abandono los colme y los designe más tarde, como irreparables, perdidos y destinados a algo parecido como sucedió con la Isla de Salamanca y sus manglares.