¡FUERZA PENSIONADOS!

¡FUERZA PENSIONADOS!

YA TIENEN EL PAN A BOCA DE HORNO

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La posibilidad de que la Cámara de Representantes reduzca la cotización del 12 al 4 por ciento que los pensionados hacen al Fondo Nacional de Salud, tiene en ascuas a los casi dos millones de pensionados; y debe tener también muy pensativo al ministro de Hacienda, porque eso vale sus dos billones de pesos anuales, mal contados.
Apoyados en la retroalimentación informativa de las redes sociales, los pensionados han venido librando esta lucha hace unos tres años, solos –íngrimos de acompañamiento sindical... Con abnegación ejemplar, el activista social, Antonio Guihur, emprendió la retroalimentación entre un pequeño grupo de pensionados que se fue agrandando hasta conformar lo que hoy se conoce como la Red Virtual de Pensionados de Colombia (RVPC), ya con importantes contactos de nivel nacional en el gobierno, el congreso y las altas cortes.
Ahora más que nunca tienen motivos, no solo jurídicos y de justicia social para rematar con éxito su lucha, sino de tipo político, pues, fue promesa de campaña del candidato-presidente, y como prueba de su compromiso quedó plasmado un artículo adicional a la reforma a la salud que el entonces ministro de Trabajo, Rafael Pardo, presentó días antes de la reelección presidencial.
Ese artículo adicional, como se ha dicho reiteradamente, se hundió junto con la reforma a la salud que  no hizo tránsito a la actual legislatura.
Afortunadamente, el entonces representante por Bogotá (Partido de la U), Ángel Custodio Cabrera (hoy senador), radicó el 7 de febrero del 2014 un proyecto de ley en ese sentido que fue aprobado en primer debate el 27 de mayo con ponencia del representante Didier Burgos Ramírez (también de la U), reelegido.
En estos momentos, el proyecto se encuentra en el orden del día en la plenaria de la Cámara, y los pensionados vuelcan en él tanta esperanza como la emoción de un niño detrás de un caramelo; y eso es bueno porque si se da, ¡aleluya!; si no, su frustración trascendería a futuras elecciones, por ejemplo las locales del año entrante, para cobrarse en las urnas el incumplimiento político.
Ahora hay que estar vigilantes a dos cosas: 1) Que efectivamente la reducción se extienda “a todos los pensionados”, como dice el texto aprobado en la Comisión Séptima de la Cámara y, 2) Que no se le vaya a colgar al proyecto un mico que diga, por ejemplo, que será solo para los ingresos pensionales de hasta dos salarios mínimos o para los pensionados de tal fecha en adelante, que también podría ser.
Y una última observación, no es que se vaya a aprobar la semana entrante en la plenaria de la Cámara porque delante de la reducción pensional hay 8 proyectos más, entre ellos, la curiosa alianza Colombia-OTAN que seguramente va a suscitar un debate, inclusive de talla internacional.
Y resulta pertinente admitir, por último, que nunca antes como ahora los pensionados habían llegado tan lejos con una reclamación de este  corte social, no propiamente gracias a las centrales obreras como CGT o la llamada CPC (Confederación de Pensionados de Colombia), u otra tal ANPIS (Asociación Nacional de Pensionados del IS), sino en virtud de la solidaridad de cuerpo a través de las redes sociales, la nueva forma de esa recordada arenga de los sindicalistas de antaño: “La unión hace la fuerza”.