EN EL NOMBRE DE LA PUREZA ELECTORAL...

 

La huella indeleble del delito electoral
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Por: Jorge Vergara Carbó
Edición/RED-GES
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A raíz del escándalo originado en torno a la senadora electa, Ayda Merlano (gerleinista), a quien, al allanarle su sede política le encontraron elementos probatorios sobre la compra de votos, siendo por ello judicializada por la Fiscalía y suspendida por la Procuraduría en sus actuales funciones como representante a la Cámara, se está dando un debate nacional basado en ese delito electoral que ni es ajeno en la Región Caribe ni mucho menos en el resto del país. Es vox-populi que desde hace años en todos los certámenes electorales en Colombia, se destaca abiertamente, y en diferentes formas, el mercado de compra y venta de votos.
 
Ojalá que este fuera el comienzo de una verdadera campaña de transparencia electoral con el fin de que en los próximos comicios presidenciales no se dé, en forma tan descarada como en el 2014, la compra y venta de votos.
 
Si la sanción del Procurador Carrillo y la eventual condena del caso Merlano por parte de la Fiscalía quedan en firme, sería un mensaje de advertencia a  todos esos politiqueros que descaradamente, y en las propias barbas de las autoridades, conculcan y constriñen el derecho de voto a los ciudadanos.
 
Sobre el mapa electoral de la Región Caribe que más a la mano tenemos, se puede analizar con ojo crítico el fenómeno que atraviesa la moral política de todos los partidos y movimientos políticos en Colombia, aunque, para el caso, solo nos apliquemos en los resultados del llamado Partido Social de Unidad Nacional, popularmente conocido como Partido de la U.
 
De estos resultados se pueden sacar varias conclusiones:
 
 
 
  1. Los cuatro senadores salen electos con votos de otros departamentos.
  2. El departamento del Magdalena básicamente elige a los senadores  Eduardo Pulgar y  Miguel Amín.
  3. Los senadores Pulgar y Amín, sacan sin ser oriundos del Magdalena más votos que los candidatos de otros partidos distintos a la U, como Luís Eduardo Diazgranados (17.642), Antonio Zabarín (9.127), Honorio Miguel Hernández Pinedo (15.134), del Centro Democrático,  actual senador.
  4. El fuerte de Eduardo Pulgar está en Santa Marta, 7.337; Pivijay, 2.230; Fundación, 2.116; Aracata, 2.043.
  5. El fuerte de Miguel Amín  está en Fundación, 3.124; Santa Marta,  2.800; El Banco, 2.275; Ariguaní, 2.029.
  6. El fuerte de José David Name es Ariguaní, 1.546; Santa Marta,  1.110; Pivijay, 803; Fundación, 787.
  7. Armando Benedetti solo tiene una votación significativa en Pueblo Viejo, 1.201 votos.
 
¿CÓMO  EXPLICAR ESTOS RESULTADOS?
 
Ante estos resultados, cómo podemos explicar que dos aspirantes al Senado, oriundos del Atlántico, saquen más votos en el Magdalena que sus propios coterráneos. Esta situación se dio igualmente en el debate del 2014.
 
¿No creen ustedes que se hace necesario eliminar la elección al Senado por  suscripción nacional, regresando al sistema de elección por departamentos y,  además, eliminando el voto preferente que ningún beneficio le ha traído al país?, porque este sistema lo que ocasionó, en la práctica, es la decadencia de los partidos políticos que son los que, en última instancia, hay que fortalecer. Es hora de volver a las listas cerradas con verdaderos partidos políticos.
 
¿Estas elecciones  en el Magdalena se pueden considerar normales, o por sus resultados Atípicas? Se parecen a las elecciones en el Magdalena cuando el paramilitarismo, en el acuerdo de “Chivolo”, obligaba a la gente a votar por candidatos previamente escogidos por ellos.
 
Es a las autoridades electorales --y a los órganos de control-- a las que corresponde investigar todas las anomalías que se dieron en el debate del 11m, ya que nunca investigaron ni sancionaron a nadie en el debate del 2014: ni por elecciones atípicas ni por la compra descarada de votos, como fue el resultado de las elecciones del domingo 11m en todo el país, y desgraciadamente con mayor énfasis en la Región caribe.
 
¿Creen ustedes que la única compradora de votos fue Aida Merlano?
 
No señores. Como lo dice en su columna del día de hoy en El Espectador,  Cecilia Orozco Tascón: “otros elegidos para el Congreso, idénticos a este caso que fue pillado, por excepción, están pasando desapercibidos por tontería nuestra o por conveniencia partidista”.
 
Muchos partidos sumaron votos cuya procedencia no es muy santa, y el Consejo Nacional Electoral nunca investiga, e incluso, admite inscripciones de candidatos judicializados unos, y otros con investigaciones penales y disciplinarias, y lo peor en su mayoría, salen triunfadores.
 
Pero esos votos suman curules al partido y por eso dichos candidatos se aceptan sin mirar de donde vienen, ni a quién representan. El objetivo es ganar la elección a cualquier precio, incluso al elevado precio de la virtud  democrática.
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