EL QUE SABE, SABE

GLORIA GAITÁN

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Nota de entrada:

Importantes testimonios históricos de quien tiene por qué saberlos, y además goza de alta credibilidad construida a fuerza de aguantar los embates.

Envía: REDGES

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Los López se han caracterizado por decir abiertamente - sin que la mayoría capte lo que están diciendo - verdades de a puño. Eso hace parte de su filosofía del Gatopardo.

Doy un ejemplo:

“López (Pumarejo) expresaba de manera abierta, lo siguiente:

 “Si yo tuviera alguna autoridad que pudiera invocar para someter al estudio de los comandantes guerrilleros una recomendación, me atrevería a sugerirles que no corrieran ligeros de corazón a retirarse de las posiciones que tomaron en los primeros meses del año, respecto a un posible arreglo con el gobierno para acelerar el término de sus actividades subversivas. Me permitiría decirles tímidamente: No incurran ustedes en semejante error. Insistan en obtener garantías para deponer las armas ...” (Eduardo Franco Isaza, Las guerrillas del Llano, p.p. 378-379).

¡Qué recomendación! Nadie mejor que él sabía lo que se le vendría encima a la guerrilla si pactaba la desmovilización con la oligarquía sin obtener las garantías necesarias antes de entregar las armas. También lo sabían - porque se los oí decir – tanto, Juan de la Cruz Varela como Manuel Marulanda. Ambos me dijeron: "Lo último en un acuerdo de paz es entregar las armas".

En los pactos de La Habana, los acuerdos debían estar cumpliéndose antes de fundir las armas y hacer monumentos transformados en una escultura que le hace loas a la desmovilización sin contraprestaciones y que, como baldosas, la gente pisotea (foto). Era necesario acordar que entregarían las armas cuando les cumplieran los acuerdos.

Yo, de ingenua, levanté la huelga de hambre en 1993, solo porque el presidente Gaviria accedió a los acuerdos. Pero resulta que rápidamente terminó su período presidencial, su sucesor, Samper - que siempre ha odiado a Gaitán -, rompió todos los acuerdos. La palabra y el compromiso de Gaviria no tenía por qué respetarlos. ¿Les suena con lo que sucede hoy?

Yo debería haber levantado la huelga cuando los contratos de terminación de El Exploratorio hubieran estado firmados. Yo habría podido resistir más tiempo. No lo hice. Creí que la gente cumplía su palabra. Ahora sé que no es así, desde una cita, una llamada, un trabajo, hasta los grandes acuerdos, los colombianos, de izquierda y de derecha, cuando hacemos un compromiso no nos comprometemos. Hay que tener la paloma en la mano antes de invitar a los amigos a comer.

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Saludos, GG