EL QUE CALLA, OTORGA

Opinión RED-GES/El Satélite

Octavio Quintero/Director

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Ciertos medios de comunicación le vienen siguiendo los pasos a Sergio Fajardo, el candidato presidencial de la alianza Polo-Verdes-Compromiso Ciudadano que, encuesta tras encuesta, se ve “bien y mejorando”.
Tanto de su administración como alcalde de Medellín (2004 - 2007), y de gobernador de Antioquia (2012 - 2015), tiene rabos de paja convertidos en denuncias públicas ante los entes de control y vigilancia del municipio y el departamento, y últimamente ante las instituciones de control y vigilancia nacionales como la Fiscalía, Procuraduría y la Contraloría.
Cuando el candidato puntero en las encuestas se ha asomado a los medios de comunicación nacionales, y ante la pregunta de los reporteros sobre estas cuestiones en investigación, el presidenciable siempre responde: “No voy a responder: mi propósito es construir”.
La última denuncia contra el candidato la encabeza un adusto expresidente del Consejo Electoral, paisano suyo: Guillermo Mejía, actual asesor jurídico del gobernador de Antioquia, quien tiene por qué saber lo que afirma. El exmagistrado saca el tema del campo regional y lo proyecta a las instancias de la Fiscalía General de la Nación. Allí acusa a Fajardo de haber manipulado un contrato de obra que se firmó inicialmente por $5.640 millones y terminó valiendo, con adiciones, más de $31.726 millones, un sobrecosto del 562%, cuando la ley 80 solo permite adiciones hasta un 50% del contrato original.
Pero el cargo principal al candidato puntero en las encuestas presidenciales, en la demanda del exmagistrado Mejía, es una supuesta falta gravísima al incurrir en urgencia manifiesta, figura que le permitía adjudicar ‘a dedo’ el mencionado contrato. Para el exmagistrado-denunciante, el argumento de que esas vías llevaban cerradas más de 12 años, se cae de su peso que fuera tan manifiesta su urgente reparación, como para no haber acudido a una licitación por la vía ordinaria.
Este es uno de los ’15 pecados’ que le vienen señalando a Fajardo tras su paso como alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, que se contradicen con su lema de campaña basada en una lucha sin cuartel contra la corrupción, tanto él como sus compañeros de viaje: los actuales senadores, Claudia López y Jorge Enrique Robledo a quienes el pasado reciente los recuerda por abanderar (la senadora López) un referendo de anticorrupción con más de 5 millones de firmas que catapultó su imagen pública hasta convertirla en candidata presidencial del partido, Alianza Verde, dignidad que declinó en favor de Fajardo. Y del senador Robledo, ni se diga: tradicionalmente ha sido el abanderado de los más resonantes escándalos de corrupción nacional: El robo a la salud, Reficar y Odebrecht, entre otros., este último escándalo en el que tiene engarzado al fiscal, Martínez Neira, hasta los tuétanos. Estos debates también le valieron la confianza de su partido, el Polo Democrático, que lo eligió su candidato presidencial, dignidad que también declinó en favor de Fajardo.
Parece, pues, que el candidato de la alianza que se presenta a los electores para el año entrante como el cambio de los “mismos con las mismas” le va a tocar salir del mutismo como estrategia política y comenzar a responder, si no a la opinión pública, a las autoridades de control y vigilancia, bueno, si estas se mueven en esa dirección y los medios nacionales le ‘agitan el cañaveral’.
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Fin de folio: Gaitán abogó por la restauración moral en contra de “los mismos con las mismas”. Es obvio que después de casi 70 años de su asesinato, seguimos en las mismas y con los mismos.
 
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