EL PÉNDULO DE LA POLÍTICA

Las “genialidades” jurídicas que se inventan en Colombia no deben tener parangón en ninguna parte del mundo, al menos que se sepa en los actuales tiempos en donde todo se sabe ‘on line’.

La restitución de la personería jurídica a la Unión Patriótica (UP), es otra perla interpretativa de la Constitución y la Ley, no de orden jurídico, como debiera ser, sino de interés político, que es lo censurable.

Cuando lo jurídico prima en la sentencia del juez, todos podremos estar tranquilos; pero cuando lo que determina el fallo es un interés político, ahí sí, sálvese quien pueda, literalmente hablando, porque, siguiendo el tradicional símbolo de la justicia, la espada que empuña la mujer cae con los ojos cerrados, cuando el fallo es jurídico y con los ojos abiertos, cuando es político.

La personería de la UP fue cancelada en noviembre de 1994 por el Consejo Nacional Electoral (CNE) con base en lo dispuesto en la ley 130 expedida ese mismo año que, en su artículo 4º, dispone:

“Los partidos y movimientos políticos perderán su personería jurídica cuando en una elección no obtengan a través de sus candidatos por lo menos 50.000 votos o no alcancen, o mantengan, representación en el Congreso… ¡Y nada más!

Al restituirle la personería jurídica, el Consejo de Estado observa –y es cierto- que la UP no alcanzó el umbral ni eligió congresista porque era objeto de persecución política. Y ahí es donde se abre la puerta a una interpretación de la ley, a conveniencia del momento.

En la misma resolución del CNE también perdieron la personería jurídica los movimientos Alternativa Democrática Nacional, Renovación Democrática y Concertación Cívica Nacional. ¿Podría extenderse el mismo argumento de persecución política a ellos?...

Podría ser: si los bárbaros acabaron con la UP, la idea entre los electores de otras alternativas del momento, bien pudo ser que no se admitían sino las debidamente avaladas por el establecimiento, valga decir para entonces, el Partido Liberal y el Partido Conservador.

Por eso resulta muy válida la observación hecha sobre el particular por la presidenta del Polo, Clara López, en el sentido de que… “para hacer política alternativa y política de izquierda en el país se necesita mucho más que una personería jurídica…  Se necesitan más garantías para ejercer plenamente la actividad política en el país con igualdad de condiciones”.

Ese el quid: la política no puede ser un acertijo en manos de un prestidigitador cuyos aciertos dependen de su propia conveniencia, sino un mapa, una ruta predeterminada por donde se pueda llegar libremente a la alternancia del Poder, sin necesidad de matarnos, e inclusive, sin sevicias o premeditaciones como las que enfrenta hoy Petro en Bogotá por el solo hecho de no estar gobernando a la capital de la república al estilo Peñalosa.

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11-07-13