La avalancha de noticias nacionales que se producen en Colombia, especialmente de orden público y político que atraen mucho el interés de la gente, nos aleja a los medios de comunicaciones de noticias de menor lectura, pero escabrosas por lo que en el fondo representan: la supervivencia misma de la humanidad.
Por ejemplo, ¿qué tanto nos impactó como opinión pública el reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que acaba de concluir su reunión en Yokohama, Japón?
El IPCC, para formarnos una idea de su autoridad, está integrado por más de 1.800 científicos de todo el mundo que recopilan, analizan y sintetizan los datos científicos más sólidos y relevantes sobre el clima y otros asuntos relacionados: su pronóstico en ese informe, no es alentador.
No hacerle una mayor divulgación y seguimiento a este tipo de noticias, y sobre todo, “dejar pasar – dejar hacer”, por parte de los gobiernos, que la industria de todos los pelambres, pero sobre todo la extractiva (minas y petróleos) impongan sus condiciones, basadas en la utilidad de sus negocios, es lo que nos hace creer que vivimos en un mundo infinito, como lo conocemos; en otras palabras, que nuestra existencia aquí, en los términos biológicos en que hoy se presenta, es eterna.
Las analistas, Amy Goodman y Denis Moyniham, en “Democracy Now” (ver enlace al final), resumen en el título de su informe sobre esta última reunión del IPCC todo el drama: “Los seres humanos están haciendo hervir el planeta”.
La desesperada advertencia de los 1.800 científicos de la Comisión, sin ninguna excepción, indica que “cada vez hay más pruebas que demuestran el nefasto futuro que nos estamos forjando a nosotros mismos”…
Eso de los chigüiros de Yopal, que llenó nuestras morbosas retinas mientras agonizaban, reptando en el desierto o ahogándose en gruesos lodazales; eso que parecía un pasaje de otro mundo, es precisamente el mundo que nos espera a todos más allá de los chigüiros, si seguimos ignorando la tenebrosa voz del calentamiento global que retumba en huracanes, terremotos, tsunamis y grandes sequías; la extinción de muchas especies y el grave problema de la escasez de alimentos a nivel mundial.
Exxon Mobil, la petrolera insignia de la contaminación mundial, publicó su propio informe, tras el informe del IPCC, en el que, impertérrita, afirma que es “muy improbable” que las políticas para combatir el cambio climático impidan que la empresa continúe produciendo y vendiendo combustibles fósiles en el corto plazo.
Ellos saben por qué lo dicen… Como lo saben también los gobiernos y todos nosotros: porque el capital manda. Mientras no seamos capaces de hacerlos cambiar de modelo económico, seguiremos caminando hacia años más difíciles y, en cierta forma, merecedores de nuestro destino por indiferentes.
La misión de los medios de comunicación social no es la de ser pregoneros del gobierno de turno sino críticos de su gestión y auténticos voceros de la opinión popular que resulta ser la más indefensa del poder establecido
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