El lado de aca

Así como Rayuela se puede leer tirando el tejo y saltando cuadros sin

un orden preestablecido, la sociedad bien podría empezar por el
posconflicto.
Fue leyendo un excelente artículo sobre Cortázar, en este diario, que
pensé que Rayuela bien podría ser una buena inspiración para pensar en
la sociedad que queremos. Aquella que los analistas llaman la del
posconflicto. Y que ojalá esté muy cerca.
Rayuela se divide en tres partes: 'El lado de acá', 'El lado de allá'
y 'La luz de la paz del mundo'. La novela propone una ruptura del
discurso lógico para que fluyan a su aire los elementos del espacio-
tiempo. La 'luz de la paz del mundo' se insinúa como el resultado no
lineal de un sincretismo inédito que debemos inventar los colombianos
mientras avanzan los diálogos de paz. La confluencia de los dos lados
del conflicto. Y como nadie sabe cómo es este país sin conflicto, es
preciso empezar desde ya. Mientras los negociadores hablan de tierras
y narcotráfico, los ciudadanos deberíamos examinar los imaginarios de
una sociedad que necesita mirar hacia delante. El lado de acá es mucho
más que tierras, armas, narcos y corrupción. Busquemos los
ingredientes de un ejercicio de escenarios que nos ayudará a prever lo
que tenemos que hacer para avanzar. Es la parte más difícil del
proceso.
El diagnóstico que hace Hobsbawn sobre el siglo XX nos concierne:
sabemos que vivimos en un mundo cautivo, pero también sabemos que este
proceso no se prolongará ad infinitum. No sabemos exactamente a dónde
vamos, sino tan solo que la historia nos ha llevado a este punto y por
qué. Una cosa sí está clara: si hemos de tener un futuro no será
prolongando el pasado o el presente.
Ahora bien, si los colombianos todos, animados por las universidades,
los tanques de pensamiento y las organizaciones sociales, nos
dedicamos a pensar en serio sobre esa nueva sociedad, ello les
agregaría a los diálogos de La Habana una energía de orientación
positiva que no sería muy fácil de derrotar por quienes hoy apuestan a
que todo fracase. Una sociedad escindida en su alma fundamental
necesita visualizar su futuro para que ese futuro sea posible.
Así como Rayuela se puede leer tirando el tejo y saltando cuadros sin
un orden preestablecido, la sociedad bien podría empezar por el
posconflicto. Ir de la Tierra al cielo no es propiamente un juego de
niños, sino una metáfora anticipada de la paz de Colombia. Escrita por
'Julio nosotros Cortázar' hace 50 años. Su lectura puede empezar por
el capítulo 56 o por el 73. Y es probable que uno regrese siempre al
68. Está bien que los negociadores hayan empezado por donde tocaba,
pero estaría mejor si nosotros ayudamos haciendo otra tarea: la de
imaginar la luz de la paz del mundo.

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Manuel Guzmán Hennesey/El Tiempo/Ilustración-Imágenes Google
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