Economía para Dummies

 

 

Se divulgaron por ahí estadísticas oficiales sobre la  concentración de la riqueza en Colombia que, seguramente, llegarán a la gente con su vestimenta técnica. Pero, intentando una mayor comprensión popular, podrían presentarse así:

Si la población de Colombia fuera de 100 habitantes, y el total de su riqueza valiera 100 pesos, la concentración de la riqueza podría medirse en los siguientes términos:

·         1 persona,  tendría 20 pesos.

·         59 más, se repartirían 68 pesos.

·         Y las siguientes 40, tendrían que arreglárselas con solo 12 pesos.

Podría ponerse lo mismo en otros términos:

·         La riqueza de una sola persona sería más de 17 veces superior que las 59 siguientes (clase media) y casi 67 veces más que las 40 más pobres.

En su vestimenta técnica, el DANE nos dice algo como esto:

El 1% más rico de la población colombiana, concentra el 20% de la riqueza; el 59% se reparte el 68% y el 40% restante se las arregla con menos del 12%...

Pongamos esto de otra forma: si tenemos cien pollos para 100 personas, las estadísticas dirían que tendríamos un pollo per cápita. Pero cuando vayamos a ver de quiénes son los pollos, nos encontraríamos con la siguiente sorpresa:

·         Una sola persona se está comiendo 20 pollos.

·          59 más se reparten 68 pollos, es decir, un poco más de pollo per cápita.

·         Y las 40 restantes, tendrían que arreglárselas con solo un tercio  de pollo por persona.

Estas disparidades sociales se arreglarían mediante dos estrategias económicas: salarios y tributos. Mediante los salarios, se puede poner a ganar un poco más a la clase laboral para que pueda incrementar su consumo de pollo; y mediante los tributos, aliviar las cargas impositivas de medianas y pequeñas empresas y empleados y ejecutivos clase media.

La estrategia se puede ir avanzando hasta lograr la equidad social que, en términos económicos se define como… “De cada quién, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades”.

En el centro de cada quién y cada cual se pone al Estado como regulador. No se podría dejar, por ejemplo, que la capacidad de alguien llegara hasta la concentración de riqueza requerida para satisfacer las necesidades de otros con menos capacidad económica, intelectual o de espíritu. En este evento, entraría en juego otra regla de oro en términos de equidad: dar tratamiento desigual a desiguales.

¿Sería esto muy difícil? No si se tiene conciencia social; y SÍ,  si como parece, los gobernantes y la clase dirigente que administra la riqueza del país está en manos de ese que tiene acaparados los 20 pollos.

-

Fin de folio: Acabamos de perder en este camino, otras dos etapas: el incremento del salario mínimo y la reforma tributaria que, para decirlo en otros términos, corrieron en contravía de la equidad social y de la  desconcentración de la riqueza.