DICIENDO Y NO HACIENDO

DICIENDO Y NO HACIENDO
Opinión El Satélite/Octavio Quintero
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El punto 2 del acuerdo entre el Gobierno y las Farc se refiere a la “Participación política: Apertura democrática para construir la paz”.
 
La primera violación a ese punto se dio al tramitar la ley especial del plebiscito en donde se fijó un umbral del 13 por ciento de participación electoral para convalidar los acuerdos de La Habana. Suponiendo que el SÍ alcance el umbral y gane al NO, ello daría una suma de 13 + 13 = 26 por ciento de participación electoral, o en otros términos, una tolerancia del 74 por ciento de abstención.
 
A ojos vistas se nota que no se trata de ninguna “apertura democrática para construir la paz”, como reza el punto dos del acuerdo final. De hecho, las primeras encuestas sobre el plebiscito arrojan una escandalosa abstención…
 
Pero el anuncio hecho por el registrador nacional en uno de los noticieros de TV en las últimas horas, de que no se abrirá la inscripción de cédulas para votar el plebiscito, sería la tapa a la desmotivación electoral.
 
Votar el plebiscito dejando inmerso en el mundo electoral el trasteo de votos de las pasadas elecciones locales, sobre todo de alcaldes, es sacar del juego democrático a muchos electores que ya, sin el incentivo del transporte, la rumba, muchas promesas (hoy en día incumplidas), y unos cuantos miles de pesos ya gastados, preferirán quedarse "quietos en base”, como dicen los costeños.
 
Es decir, si la abstención electoral en los comicios locales del 2015 fue del 42 por ciento en promedio, contando con semejantes incentivos (legales e ilegales) de movilización de las masas, podría apostarse sin mucho riesgo de despiste que la participación electoral del plebiscito va a ser lánguida, muy lánguida, si no cambian las condiciones en que se tiene propuesto.
 
Y alcanzar un resultado tan pobre en un asunto tan trascendental como la paz derivada del fin de la guerra con las Farc, no deja de ser una enorme preocupación hacia el futuro de un posconflicto que ya, sin empezar, deja ver los nubarrones del mal tiempo que nos espera hacia adelante.
 
Lo más próximo que tenemos como ejemplo de pos referendo es el Brexit que ya tiene a mucha gente en el Reino Unido hablando de echar atrás el resultado de la salida de la Unión Europea, no obstante que la decisión del SÍ se tomó por el 52 por ciento de los votantes sobre una participación de casi el 73 por ciento del potencial electoral.
 
¿Qué pasaría en Colombia si la abstención se ubica entre un 60 o 70 por ciento, ganando el SÍ o el NO? Pues, sencillo: que ese resultado vendría a ser la decisión de una ínfima mayoría… Y a toda ínfima mayoría corresponde una máxima oposición porque la gente, a la hora de criticar, todos a una, como en Fuente Ovejuna.
 
Ya nos casamos con el 13% de umbral. Por favor: no más descope electoral y más bien, empiece el gobierno y las instituciones gubernamentales por cumplir los acuerdos que en ese punto 2 habla de “Apertura democrática para construir la paz”, que no solo implica asegurarle a las Farc un nuevo partido político y unas curules en el Congreso, sino asegurarle a los colombianos una amplia participación en todos estos asuntos en donde se ponen en juego sus derechos fundamentales como el derecho al voto, la paz y la convivencia nacional.