DEL CARRUSEL ELECTORAL

Así como la Registraduría sospecha –con razón—que se está gestando un fraude a través de la inusitada inscripción de cédulas en determinadas ciudades y poblaciones (Barranquilla, por ejemplo), también la Procuraduría pudiera sospechar –con razón—que se está montando un carrusel para la reelección a través de los llamados “Cupos Indicativos” que no son otra cosa que los tristemente célebres “Auxilios Parlamentarios”.

En “El Reverbero” de Juan Guerra (una publicación exclusiva del Centinela News), dirigida por un reconocido periodista que ha hecho fama a través de sus acreditadas “informaciones confidenciales”, se revela que desde finales de octubre cursan en los despachos de Planeación y del Ministerio de Hacienda numerosos proyectos regionales presentados por  alcaldes y gobernadores y sus jefes políticos (los congresistas).

… “Todo está pensado estratégicamente, pues los dineros se estarán girando entre la primera y segunda vuelta presidencial”, dice el columnista… Tan fríamente calculado, se agrega, que la mayoría de propuestas fueron presentadas antes de que entrara en vigencia la ley de garantías electorales, con lo que las inocentes platicas –en lenguaje de Uribe—estarán a disposición de los alcaldes y gobernadores para trabajar de la mano con los candidatos al Senado y la Cámara, los mismos de la Unidad Nacional que apoyan la reelección.

El fiscal general, Eduardo Montealegre,  considera que en una democracia es absolutamente lógico y permitido que los parlamentarios gestionen ante el gobierno partidas para sus regiones.

Eso es cierto, pero lo curioso es que esa febril actividad parlamentaria se despliegue especialmente en época preelectoral.

Que se diga que son legales, es una cosa que no niega que están dirigidos en época preelectoral a aceitar la maquinaria de la reelección presidencial. Con la misma analogía del fiscal pudiera decirse que en una democracia es absolutamente lógico que uno pueda votar donde le quede más cómodo. Entonces, ¿por qué la Registraduría sospecha de posible trashumancia donde se están elevando inusitadamente las inscripciones en esta época preelectoral?

El periodista Juan Guerra no habla a priori. En su denuncia, cita como fuente confidencial a un congresista que advierte que la distribución de los Cupos indicativos revierte beneficios políticos y económicos a todos: gana el gobierno (porque la plata sale entre la primera y segunda vuelta presidencial); ganan los congresistas (porque los alcaldes los apoyarán en sus campañas); ganan los contratistas amigos (que les adelantan aportes para la campaña) y, ganan los alcaldes y gobernadores por aquello del CVY (¿Cómo voy yo?), con perdón de las pocas excepciones que ojalá todavía existan.

Mermelada por doquier

En la misma dirección del “carrusel de la reelección”, apunta la columna del senador del Polo, Jorge Enrique Robledo:

… “Desde el pasado 20 de noviembre, Colombia quedó bajo el peligro de que Juan Manuel Santos logre reelegirse, objetivo que están apalancando con el reparto de tanta mermelada que hasta pueden indigestar a más de uno de sus conmilitones, tanto en el mundo público como en el de algunos magnates privados. Porque, fuera del gasto nacional, tiene a su servicio el de gobernadores y alcaldes y casi toda la contratación y la nómina de todos los poderes del Estado, más un sistema electoral corrupto, que niega el voto libre y facilita el fraude de quienes no lo modifican porque triunfan con él. Como en los “mejores” tiempos del Frente Nacional pero empeorado por medio siglo de nuevas perversiones, incluidas la del clientelismo a la enésima potencia y la del libre comercio neoliberal que inaugurara César Gaviria Trujillo”, dice el senador en Columnistas libres.

¿Cuál transparencia electoral?

Por ello resulta irónico que, ante semejante carrusel, denunciado no solo por el expresidente Uribe que tiene por qué saberlo, pues, no solo lo practicó sino que ahora lo sufre; testimoniado por un reconocido periodista de fuentes confidenciales y últimamente denunciado por un senador de los quilates de Robledo, el registrador nacional nos diga, desde las páginas de la Registraduría que el 2014 “será el año de la transparencia electoral”.

Tal podría darse un poco de transparencia –un poco nada más- en la elección del Congreso, al entrar a operar el sistema de lectura biométrica de electores y el escrutinio inmediato, tras cerrarse la jornada electoral.

Pero quedan otros artificios fraudulentos, como ese de la compra de votos, como bien lo advierte el representante del Polo, Germán Navas Talero, al que califica como “el más perverso y corrupto”.

Frente a este menú electoral del presente año, una reflexión del siguiente tono, no queda fuera de lógica:

Algo grave está pasando con la gente o con la democracia en Colombia: o la gente está loca o la democracia corrompida. No de otra forma se explica que se perfilen como opciones políticas este año, Santos y/o Uribe, último par de gobiernos que llegaron con la propuesta de transformaciones sociales, afincados en la vieja coalición de poder que ha cercado al país como su propiedad privada.

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Redacción El Satélite/Octavio Quintero - Director