DE ECUADOR A TOCANCIPÁ

 

Los medios impresos de Colombia, afiliados a Andiarios, publican hoy un artículo en defensa de la libertad de expresión que ven amenazada en el vecino país de Ecuador por la llamada “Ley Mordaza”.

Cae como anillo al dedo este comunicado de Andiarios al caso que, en lo local, sucede  con el periódico El Satélite y el alcalde de Tocancipá, Carlos Julio Rozo, quien se resiste a reconocer, y por tanto a rectificar, sus injurias y calumnias contra este medio.

De entrada, el editorial colectivo de los periódicos de Colombia establece que (…) “la relación entre la prensa y los poderes públicos y privados se ve sometida a permanentes conflictos. Y es natural que así sea. La prensa, en su condición de perro guardián de la democracia, y con el fin de mantener informada a la ciudadanía sobre lo que la afecta y es de su interés, busca develar lo que funcionarios y poderosos no tienen interés en que se conozca”.

El alcalde de Tocancipá, al igual que el presidente de Ecuador, según Andiarios, no desaprovecha oportunidad para insultar y descalificar a El Satélite y tacha al director de dejarse influenciar por empresarios con los cuales el alcalde y su familia arenera sostienen de tiempo atrás diferencias económicas, políticas, familiares y personales.

El caso de El Satélite no debe ser único. En todos los municipios del país existen medios locales de prensa, radio y televisión que de buena fe intentan masificar la información más allá de las actividades oficiales que se divulgan a través de las oficinas de prensa.

Esos miles de medios locales, finalmente, terminan “amordazados” por los mandatarios locales a través de lo que en este comunicado de Andiarios, con respecto a Ecuador, se denuncia: la aplicación de medidas administrativas de carácter fiscal o laboral para presionar a medios y periodistas, o a la misma empresa privada, para que no paute en los medios objetivos y críticos.

Claro, Andiarios pone el grito en el cielo porque en este caso las víctimas en Ecuador son los grandes medios. Si bajáramos un poco la vista hacia la circunstancia propia, podríamos ver la viga en el ojo que obstruye la libertad de expresión en Colombia en estos pequeños medios locales que resultan ser la única fuente de información con que cuentan poblaciones enteras que no registran en la gran prensa nacional sino cuando sus tragedias se convierten en noticias nacionales.

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