CRÓNICA DE UN DESALOJO ANUNCIADO

CRÓNICA DE UN DESALOJO ANUNCIADO

En Gachancipá, el verbo inmortal de García Márquez, se reproduce en unas humildes casas viejas que, como dice el tango, “…y se van, y se van, como va al matadero la res sin que nadie le diga un adiós”

 

Crónica El Satélite (22 de septiembre de 2015)

--Octavio Quintero—

 
A los periodistas nos resulta ética y moralmente imposible hacer pactos de silencio sobre asuntos de interés general en los que puedan encubrirse eventuales actos de corrupción incluida… Es más: estamos obligados, más que nadie, a denunciarlos, no solo públicamente, sino ante las autoridades correspondientes para las investigaciones de rigor.
 
Hace algunos meses, El Satélite publicó una nota titulada “La curva del cheque”, último y triste episodio de una doble calzada (BTS), a cargo de un concesionario, Solarte y Solarte, que en 12 años de haber iniciado obras no ha podido resolver su paso por Tocancipá y Gachancipá,  no obstante mantener en producción continua un peaje de primera categoría en el sitio denominado “El Roble”, cobrándole a los usuarios un servicio que no presta a cabalidad en ese tramo.

Ver nota

 
Sobre el particular, el alcalde de Gachancipá, Nicolás Gómez, envió una muy respetuosa pero rigurosa nota al director de El Satélite, en la que me acusa de apresurado “y con todo respeto”, irresponsable. Se le respondió en consecuencia y me respondió igualmente en consecuencia.

Cruce de notas con el alcalde

 
Por obvias razones de protección a la fuente, sigo dejando en el anonimato a mis informantes, pues, se sabe de lo fácil que resulta a un  alcalde, no solo en este caso sino en todos, “montarle la perseguidora”, que es lo que se estila, a las personas que se atraviesan, por cualquier motivo, a sus designios.
 
Estas fuentes conocieron (en privado, se les advirtió), la carta del alcalde Gómez, la misma que calificaron de “mentirosa”, reafirmando que, frente al trazado inicial, divulgado el 28 de mayo de este año, en el mes de julio “a la familia Prieto Alvarado (padrino y mecenas del alcalde), le corrieron el trazado”.
 
En su última denuncia, los informantes aseguran que “lo que no dice el alcalde es que protege el potrero del tío”. Como el nuevo trazado quedó, caprichosamente en curva, “ahora el alcalde está llamando a sus dueños a que los vendan”.

Carta afectados BTS

 
 
Que las autoridades nacionales, como la ANI (Agencia Nacional de Infraestructura), que, al parecer, no atiende sino órdenes del Vicepresidente Vargas Lleras; o el impotable concesionario (Solarte y Solarte), que ha hecho en esta obra entre Briceño-Tunja-Sogamoso (BTS), lo que le ha venido en gana, no les presten la más mínima atención a las familias afectadas, vaya y venga… Pero que el alcalde mire para otro lado, y que en la misma dirección atisbe también la personera municipal, que tiene por constitución y por ley que defender a la sociedad como directa agente del Ministerio Público, sí está el asunto, como para pensar que, en efecto, “Poderoso caballero es don dinero, pues, al natural destierra y hace propio al extranjero”, como dice en su inmortal poema, Francisco Quevedo.
 
Las últimas denuncias de nuestros informantes, son desalentadoras. Prácticamente se están dando por vencidos. No puede ser que se permita su desarraigo de unas casas donde han visto nacer a su prole y nacieron ellos mismos. Casas viejas, que como también dice el tango, van al matadero, como reses, sin que nadie les diga un adiós.
 
Claro que falta trecho: de momento, no se les ha pasado avalúo ni oferta de compra ni, menos, de desalojo. Claro que la justicia en estos casos, cuando viene del fuerte al débil, no es coja y llega rápido. Pero, aún agotados estos términos, queda el recurso de la desobediencia civil, tipo de protesta también amparada por la Constitución Nacional: ¡Pregúntenle a los indígenas del Cauca!
 
Tal vez tenga razón el alcalde Gómez cuando nos advierte en la mencionada carta, de la que pidió privacidad que “…no me parece prudente en plena época electoral escribir a viva voz sobre los argumentos, esto sería no acorde al certamen”.
 
Sí, en efecto, cumplir la constitución, en ese precepto que se denomina “Estado Social de Derecho”, en el que se privilegia el interés general sobre el particular, podría dejarlo sin el apreciado respaldo del “poderoso caballero”, del que habla Quevedo. 
Puede seguir en su “silencio mudo” que, como también dice el docto vulgo, “el que calla otorga”.