
CON LOS PENSIONADOS NO SE JUEGA
¿Es usted pensionado o jubilado? Una anécdota antes de entrar en materia
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Armando Cardona Cataño
(armandoca@une.net.co)
-- Opinión en El Satélite --
Desde hace rato EL SATELITE viene tramitando informativa y periodísticamente la queja de los pensionados con respecto al incumplimiento de las promesas electorales que suelen formularse, cuando alguien quiere su voto para acceder a una de las dignidades que por medio del mismo, ofrece nuestra democracia.
Pero antes de entrar en estas honduras de promesas incumplidas y de reclamaciones sin resultados positivos por ahora, hace algunos años tuve ocasión de encontrarme con un viejo amigo, quien a la sazón terminaba sus funciones como magistrado del Consejo de Estado, me refiero al destacado jurisconsulto Javier Henao Hidrón, a quien la pregunté: ya te pensionaste? No…Yo me jubilé.
Busqué entonces semánticamente el significado de los dos vocablos y de inmediato me cambié de pensionado a jubilado, porque este término viene del latín Jubilare, que en una de sus acepciones quiere decir alegrarse, y nada que genere más alegría que recibir este sueldo ganado durante toda la vida de utilidad laboral.
Hecha la reminiscencia, quiero coincidir con la postura de EL SATELITE en su última edición en el sentido de que la condición de jubilado se deteriora cuando el gobierno asimila a este como trabajador y como patrón simultáneamente, lo que es un contrasentido legal porque para este caso, la figura jurídica no se da.
Es imperativo entonces que el gremio de los “alegremente” jubilados o si otros quieren llamarse pensionados, le reclamen a quienes utilizaron su capacidad de sufragantes para acceder a los cargos originados en las elecciones, y decirles que las acciones de ley pueden convertirse no solo en un recurso reivindicatorio de un derecho, sino de una promesa incumplida que puede tener efectos judiciales.
Con los jubilados o pensionados no se juega, como tampoco con los “sin vivienda”, con los desplazados, con los sin trabajo, o quienes invocan la defensa de la equidad de género y de sexo; y la discriminación sigue igual. Doloroso recurso electoral de usanza en nuestra picaresca política que debe ser castigada bien sea electoralmente.
Es el momento de la reclamación fuerte y justiciera de un derecho, para que los empresarios de la salud, no se enriquezcan con el dolor y las angustias de quienes trabajaron honradamente toda la vida y ganarse por ello un derecho a disfrutar de una pensión que no es otra cosa que un jubileo a la responsabilidad laboral. Y que los promeseros sepan que no seremos el olvido electoral que ellos creen.