COCHINADAS DE SANTOS

COCHINADAS DE SANTOS

El analista de El Espectador, Lisandro Duque, revela en su última columna las que pudieran tildarse “cochinadas” de Santos, al utilizar su poder burocrático para armar componendas familiares y amorosas.

El columnista califica de “monogamia económica” la que ahora conforman en el gabinete la expareja de ministros de Agricultura (Rubén Darío Lizarralde) y Educación (María Fernanda Campo), de cuerpos separados pero de intereses económicos unidos por la palmicultura, a tal punto que su hijo en común, es también un próspero agroempresario, y como sus padres, en terrenos baldíos de los que se ha apropiado – como sus padres-- por los caminos del atajo.

En la misma dirección de “incestuosa burocracia”, va la denuncia del representante del Polo, Wilson Arias, al señalar que más de 3.800 hectáreas de promisorios baldíos, ahora se encuentran, mediante adjudicación del Incoder, en manos de sobrinos y primos del nuevo ministro del Interior, Aurelio Iragorri Valencia, hijo a la vez de su homónimo padre, el senador y presidente del partido de la U.

El broche de oro de Santos, haciendo de Cupido, se cierra con el nombramiento de embajador en París del exministro, Federico Renjifo, acercándolo a su novia, Catalina Crane, a quien le dio el cargo de embajadora en la Unesco (¡glamurosa burocracia!).

Tal parece que la crisis provocada por el Presidente como cortina de humo para distraer la atención del país en el revoltoso paro agrario, solo sirvió para resolver unos cuantos casos de pantalones abajo y faldas arriba, tapados con la misma cobija burocrática, cuya nómina sale del resteado bolsillo de los contribuyentes.

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Fin de folio: ¡Señor, perdónalos, porque sí saben lo que hacen!…