¡CALUMNIAD, CALUMNIAD!...

¡CALUMNIAD, CALUMNIAD!...

QUE DE LA CALUMNIA ALGO QUEDA: VOLTAIRE

(Octavio Quintero, 21 de mayo del 2014)

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En el fragor del debate de Nacho Vives contra Fadul y Peñalosa en el gobierno del presidente Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), los periodistas de la época decían que todo lo que denunciaba el senador Vives era cierto pero con pruebas falsas…
44 años después --¡Dios mío!-- seguimos en las mismas. Todo lo que se viene denunciando en esta guerra sucia desatada entre Santos y Zuluaga parecen hechos ciertos con pruebas falsas.
Es el caso del expresidente Uribe al afirmar que a la campaña de Santos en el 2010 entraron dos millones de dólares del narcotráfico, de lo que dijo tener pruebas, pero que luego mandó a decir a través de su abogado que lo que tenía no eran pruebas sino versiones.
Está por verse si el “mandado” de J.J. Rendón y Germán Chica se pagó, y si fue así, quién se quedó con los 12 millones de dólares. Rendón acusó en principio a Chica y Chica anunció demanda por injuria y calumnia… En el ínterin apareció el hacker de Zuluaga y se robó el show…
Los periodistas en esta última parte de la campaña presidencial pasan de J.J. Rendón y Cía. a Andrés Sepúlveda y Cía.; y del expresidente Uribe y sus furia en defensa de Zuluaga a la furia del expresidente Gaviria en defensa de Santos, como esos campeones mundiales de ajedrez que son capaces de atender al mismo tiempo hasta 50 partidas con distintos jugadores.
Lo de Uribe, ya sabemos que lo tienen acorralado la Fiscalía y los medios de comunicación exigiéndole las pruebas de su denuncia contra Santos… Pero,  ¿y de Gaviria qué?
En su primera intervención como jefe de campaña dijo: "Presidente (Santos): usted ha hecho una campaña pulcra, no como la campaña contradictoria que se acostumbró a chuzar y tiene las manos untadas de sangre"…
Esa es una muy grave acusación por la que, al igual que a Uribe, la Fiscalía debiera llamar al expresidente Gaviria como testigo a presentar las pruebas de que hay sangre en la campaña contradictoria.
Si él (Gaviria) conoce un hecho delictivo grave, está cometiendo omisión de denuncia, tal cual afirmó en tono enérgico de Uribe al exigirle las pruebas que tenía contra Santos.
Lo que no puede seguir haciendo carrera en Colombia, y menos entre presidentes y expresidentes, es que se hagan tan graves acusaciones mutuas sin el consiguiente sustento probatorio.
Si no, dentro de otros 44 o más años, los de entonces recordarán, al calor de un debate similar, este debate del 2014, y para entonces, ya estará hundido en el olvido el famoso debate de Nacho Vives contra Fadul y Peñalosa del que tampoco salió nada en concreto porque, como decían los periodistas de antaño, todo era cierto menos las pruebas.