BARRANQUILLA, A PUNTO DE BANCARROTA

BARRANQUILLA, A PUNTO DE BANCARROTA

Cabeza y Cola: ¿Y la mayoría de medios de prensa? Bien, gracias: aquí, con la boca un poco llena. -

 

José Darío Forero

RED-GES

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Barranquilla está a punto de entrar más profundamente a la ley de quiebras (ley 550/1999), y obligatoriamente, a la vigilancia del centralismo cachaco, lo que demuestra que la ciudad ha hecho grandes gastos en obras sobrecosteadas e inocuas por encima de  prioridades obvias, para caer en el largo declive económico y fiscal que la está llevando a una bancarrota sin precedentes.

El Ministerio de Hacienda, en una clara posición politiquera, ha descuidado el estricto cumplimiento de las condiciones establecidas en la ley de quiebras, en connivencia con una contraloría distrital de bolsillo, como es la del “honesto” Fernando Fiorillo. Recordemos su paso por la Inspección General y el pedido del Zar Anti corrupción para que la primera administración del mejor alcalde de Colombia, lo destituyera. Sospechosamente,  las múltiples denuncias que tiene en la Fiscalía General en Bogotá, están durmiendo el sueño de la impunidad. 

El siguiente paso será continuar en la nube de bancarrota: la ciudad ha sido sobreendeudada por la adicción al poder y al dinero de las tres últimas administraciones, tanto de los alcaldes como de sus secretarios y asesores y concejales.

Barranquilla rápidamente ha empeorado desde que entró en la ley de quiebras, lo que la va a llevar  a un espiral descendente como resultado de la evasión y elusión de impuestos de las pocas empresas que han quedado, lo que ha llevado a la disminución de los ingresos tributarios y la desaparición de empleos. Con el deterioro de la economía, la recaudación de impuestos en Barranquilla ha caído en más del 50%, y un desempleo que es superior a cuatro veces lo que dice el DANE cachaco (8,6% a marzo del 2018).

Para la recuperación, Barranquilla necesita normalizar los más de 60 barrios de invasión, mejorar ostensiblemente la calidad de la educación, tener un cuerpo de policías capacitado, educado y con vocación de servicio, y elaborar un programa para los próximos 20 años que cubra las siguientes necesidades básicas:

  1. Reducir la invasión del espacio público
  2. Depurar y ordenar el uso del suelo 
  3. Eliminar sobre cupos de buses y taxis
  4. Reparación y construcción de andenes y calles por las      empresas de servicios públicos, particularmente la Triple A
  5. Recuperar la propiedad de la Triple A para que cumpla el  objeto de su razón de existir.
  6. Apoyar a Electricaribe para que le paguen las deudas y no le roben tanta energía y exigir que preste un buen servicio.
  7. Eliminar la maraña de cables que han construido las empresas de telefonía, internet y televisión por cable.
  8. Construir un tren elevado de transporte masivo y eliminar el embeleco de Transmetro.
  9. Asignar presupuesto y actividades a las alcaldías menores para mantenimiento de vías, andenes, construcción de paradas de buses y taxis y la justicia de pequeñas causas.
  10. Las universidades deben diseñar un plan para generar empleo en los próximos 20 años, preferiblemente basado en las capacidades agropecuarias del departamento del Atlántico.

Una recuperación total para un municipio del tamaño de Barranquilla y su área metropolitana, y de todo un cordón de miseria y anarquía, puede tomar más de una década. La ciudad necesita enfocarse en el desarrollo económico y atraer negocios y residentes, que mejoren su situación económica.

Hay que cambiar de rumbo. La irresponsabilidad fiscal y la economía subterránea no pueden seguir siendo la columna vertebral de esta ciudad.

La inversión aumentó porque el sector privado está lavando una enorme cantidad de dineros ilícitos y el distrito ha gastado multimillonarias sumas enriqueciendo a contratistas, secretarios y alcaldes.

El centro de la ciudad está prácticamente muerto, a pesar de la costosa remodelación del Paseo Bolívar, ya deteriorada, y la inversión nacional en sitios históricos.

Aunque partes de Barranquilla prosperan con grandes edificios y centros comerciales, en su mayoría vacíos, otras todavía están deprimidas económicamente y están plagadas de crímenes.

Los beneficios de las dos contribuciones de valorización solo han sido para el bolsillo de contratistas, directores de Edubar, Foro Hídrico y Barranquilla Verde, interventores, secretarios, alcaldes y concejales, quienes, como conoce la opinión pública, trasladan sus fortunas a paraísos fiscales, como Panamá: ¡son tan desagradecidos, que ni siquiera invierten en la ciudad.

Hay enormes problemas que los barranquilleros tenemos que enfrentar: una corrupción rampante de dirigentes públicos y privados, y la enorme quiebra a la cual la han llevado las últimas administraciones.

Amanecerá y veremos dijeron los ciegos. Pero nadie vio nada.

¿Y la mayoría de medios de prensa? Bien gracias. Aquí con la boca un poco llena.

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