ARGENTINA PIERDE AUTONOMÍA ECONÓMICA

 

Argentina en brazos del FMI

* Los grupos sociales se toman las calles. Macri le echa mano al espejo retrovisor

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Nota del Editor RED-GES/El satélite

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Hace dos años y medio, el derechista, Mauricio Macri, asumió el poder en Argentina, reemplazando a la socialdemócrata, Cristina Fernández de Kirchner. A poco echar a andar su plan de gobierno, los argentinos comenzaron a rebotarse, protestando contra las políticas de ajuste económico implantadas por Macri, en clara reinducción del modelo neoliberal, sofrenado en el gobierno anterior.

Las manifestaciones crecen y se suceden en períodos más cortos, a medida que se incrementa el desempleo, sube la inflación y el gobierno profundiza más las consabidas fórmulas de la tríada BM, FMI y OMC, en su orden, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y Organización Mundial del Comercio.

Al día de hoy, las protestas sociales parecen salirse de control, sobre todo, después de que el Gobierno aceptó un préstamo condicionado del FMI por 50.000 millones de dólares quer compromete a fondo, quién lo duda, la soberanía económica nacional.

Agotando las excusas de su política regresiva, el derechista gobernante atribuye la situación adversa “a las políticas adoptadas por el anterior gobierno”, algo que no tiene presentación política a tanta distancia de haber asumido el cargo en diciembre del 2015.

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La patria no se rinde

(Fuente, AP, desde Buenos Aires)

Bajo el lema “La Patria no se rinde”, miles de personas (organizaciones sociales, grupos de derechos humanos, sindicatos, políticos de oposición y artistas), vienen rechazando el acuerdo crediticio del gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las políticas de ajuste que implica para Argentina.

El préstamo con el FMI por 50.000 millones de dólares, demandará un mayor recorte del gasto público y otras políticas de austeridad, en momentos en que la economía decae, aumentan los despidos en los sectores público y privado y se acelera la inflación.

El crédito se concretó a raíz de la crisis cambiaria de mayo durante la cual el peso sufrió una fuerte devaluación que obligó al Banco Central a vender miles de millones de dólares de reservas y con el alegado propósito de estabilizar la economía, permitir al país afrontar sus obligaciones financieras y evitar una crisis mayor.

“Esto es en fuerte repudio al acuerdo con el FMI que implica condiciones que van a profundizar un ajuste que ya se viene aplicando desde hace dos años”, dijo el diputado opositor Leopoldo Moreau a medios de prensa.

Otros manifestantes se quejaron de que las políticas fiscal y monetaria se van a diseñar desde un ámbito distinto al de Argentina.

Las últimas manifestaciones se celebran, además, en el marco de la agudización del descontento por la fuerte suba de las tarifas de luz, agua y gas y la puja de sindicatos por lograr aumentos salariales ante una inflación que el gobierno admite que será de al menos 27% este año.

Ante el escenario de mayor agitación social, el presidente Mauricio Macri instó a los distintos sectores a respaldar al gobierno en su intento de revertir la crisis actual.

“Estamos pasando una tormenta”, reconoció el mandatario en un acto oficial celebrado en la norteña provincia de Tucumán. El conservador gobernante atribuyó la situación adversa a las políticas adoptadas por el gobierno anterior, a la situación en los mercados externos y a medidas erradas de su propia gestión.

Macri dijo compartir la “angustia” de sus compatriotas, pero apuntó que el rumbo económico “está claro y sigue siendo el mismo”. Agregó que “este no es el momento de oportunismos, de ser egoístas” e instó a opositores, a empresarios y organizaciones sociales a abandonar su actitud opositora.

El pasado 25 de mayo, otra fecha patriótica en Argentina, los principales sindicatos realizaron un paro con un alto acatamiento en reclamo de un cambio del actual modelo de ajuste que apunta a reducir el déficit fiscal.

La mayoría de los argentinos considera que el FMI es responsable de la pobreza generada por los planes de ajuste aplicados durante las crisis económicas pasadas.

El gobierno argentino se comprometió ante el organismo a reducir el déficit fiscal mediante el recorte del empleo público, los subsidios a la energía y la obra pública, entre otras medidas.

Argentina se propuso llevar el déficit fiscal a cero en 2020, recortarlo al 1,3% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2019 y al 2,7% en 2018.